Al momento de ser acusado de integrar una banda de pedófilos, Corsi era un hombre de referencia a nivel académico e institucional. Director de la Carrera de Especialización en Violencia Familiar de la Facultad de Psicología de la UBA, profesor de la Universidad de Palermo y de la de Barcelona. También era un hombre de consulta de organismos de gobierno, como el programa que dirige Eva Giberti desde el Ministerio de Justicia de la Nación. Para llegar a ser un teórico de referencia del poder político y de la camarilla universitaria, es necesaria una condición: que el análisis no coloque la responsabilidad de la violencia familiar en el sistema social y en el Estado, o -si lo hace- es condición estar dispuesto a admitir lavarle la cara al mismo Estado que genera las condiciones materiales y sociales para la violencia familiar, dejándose usar como referencia académica de "renombre".
El hombre estuvo siete meses detenido y llegó libre al juicio, luego de pagar una fianza de 100 mil pesos -un lujo para ricos que la Justicia admite, aunque se trate de un personaje que, en libertad, constituye un peligro para niños y jóvenes.
Gracias a la figura del "juicio abreviado" y mediante un acuerdo entre las partes, el abogado de una de las víctimas, el abogado de Corsi y la fiscalía, el teórico de la violencia familiar admitió su culpabilidad por uno de los casos de los cinco que lo acusan y obtuvo una pena de tres años de prisión efectiva.
El abogado de la querella explicó que el joven abusado "llegó a los 18 años y de haberse concretado el juicio oral, hubiera tenido que declarar en público y enfrentarse con su victimario, sin las garantías de privacidad que benefician a los menores" (Página/12, 2/2).
O sea que la Justicia, con su dilación -ya que la denuncia fue hace más de tres años- y debido a que no cuenta con mecanismos que eviten este atropello de las víctimas mayores en los juicios orales, creó las condiciones para que la querella debiera acordar un "juicio abreviado" para proteger a la víctima, con el consiguiente beneficio para el pedófilo.
Aunque aún debe ser juzgado, junto al resto de la banda, por cuatro causas más que tiene abiertas (que no fueron unificadas), todavía, dentro del campo de la Justicia, Corsi va a recurrir a otras chicanas jurídicas para morigerar la pena.
El ataque a mujeres y niños forma parte de la naturaleza del régimen capitalista. Sin una condena a fondo a dicho régimen en todos los campos -profesional, teórico y militante- no cesarán esos ataques. La Universidad, gobernada por una camarilla privatista, no tiene las condiciones para ofrecer un análisis profundo de este flagelo social y, por lo tanto, servir para combatirlo. El Estado, a través de su justicia y otras instituciones, es directamente responsable.
V. B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario