lunes, 10 de marzo de 2008

Anotate en el seminario: "La mujer, su historia y el origen de la doble opresión"

Seminario
“La mujer, su historia y el origen de la doble opresión”

1. El origen de la opresión de la mujer.

2. Concepciones y prácticas de los movimientos feministas.

3. La inserción laboral, el rol de la mujer en el desarrollo del movimiento obrero, experiencias de lucha.

4. La lucha de la mujer bajo el gobierno actual. Programa político para la liberación de la mujer trabajadora.

Orientado particularmente a compañeras y compañeros de frentes sindicales.

A cargo: Olga Cristóbal

Jueves 6, 13, 20 y 27 de marzo en el Local de San Telmo Estados Unidos 739, a las 19 hs (puntual).

Organiza e invita: Plenario de Trabajadoras y Partido Obrero
Contactanos por mail para anotarte antes de la segunda clase.

¿En qué situación nos encuentra este 8 de marzo?

Día Internacional de la Mujer Trabajadora
¡Aborto seguro legal y gratuito! ¡Basta de trabajo en negro y precario en la mujer! ¡Basta de violencia familiar!
Vanina Biasi
En qué situación nos encuentra este nuevo 8 de Marzo a las mujeres trabajadoras de la Argentina?
La violencia y las muertes de mujeres, a manos de sus parejas o ex parejas, tiene un alcance escandaloso: en la provincia de Buenos Aires se calcula que el 70% de las mujeres asesinadas se encuentran comprendidas en esos casos. Mientras esto ocurre, los medios y funcionarios se esfuerzan por presentar a los homicidios como "crímenes pasionales".
Las mujeres somos mayoría dentro del 60% de trabajadores en negro o super precarizados . Principalmente en cooperativas truchas que nos emplean para realizar tareas de limpieza, en el pescado, en el servicio doméstico, en los talleres textiles, en los call centers, en la venta ambulante y en las reparticiones del Estado nacional, provincial y municipal. El Estado, primer empleador en negro, hace trabajar a personas por 150 pesos. Esa situación laboral sólo es superada por los talleristas que esclavizan inmigrantes, tarea de la que se benefician las grandes empresas, amigas de Macri y de Cristina, como Soho, Chiky, Montagne y tantas otras.
Las condiciones laborales empeoran, con la complicidad de la burocracia sindical alineada con el gobierno y en beneficio de los explotadores. Una gran huelga de más de 100 días, protagonizada por los trabajadores y trabajadoras del Casino Buenos Aires, comenzó con despidos por luchar contra la insalubridad laboral, que, en el "fumadero flotante" de Puerto Madero, produce un aborto cada cuatro embarazos, entre otras enfermedades laborales.
Alrededor de 500 mujeres están desaparecidas, a manos de las redes que trafican personas para el negocio de la prostitución y el trabajo esclavo. Parte de la economía de nuestro país se recuesta en este negocio infame, que constituye a nivel mundial el tercero más redituable, junto al de venta de armas y el narcotráfico. En el Congreso, está pendiente de tratamiento un proyecto fogoneado por Aníbal Fernández, que allana el terreno judicial a los tratantes, funcionarios de migraciones, policías, y tantos otros participantes de ese negocio infame a costa de la mujer.
A partir de todo esto, ¿no está clara la necesidad de organizarnos y combatir la descomposición de un régimen social que, en su derrumbe, golpea con más furia a las mujeres?
La curia o la mujer
El Vaticano ha emprendido una campaña a nivel mundial contra el aborto legal o parcialmente legalizado. En todo el mundo, los gobiernos han decidido alinearse con esta nueva cruzada eclesiástica. Los ataques a legislaciones parcialmente permisivas para ciertos casos de abortos, se están generalizando en Europa y América. En las campañas electorales de Italia y España, la cuestión del aborto se ha colocado en el centro de la escena. Los movimientos feministas de ambos países vuelven a ponerse de pie contra este ataque, y contra las promesas electorales incumplidas de los centroizquierdistas.
En nuestro país el gobierno también ha elegido su vereda, y es la contraria al derecho al aborto.
No hay desaire de Bergoglio o de cualquier otro obispo que los haga retroceder en los gestos "reaccionarios" y antiabortistas que reclama el clero. Antes y después de las elecciones CFK y luego en boca de la ministra Ocaña, el gobierno anticipó en materia de aborto la aplicación abierta y desembozada del programa del Vaticano.
Cristina Kirchner le concede a la Iglesia la criminalización de la práctiva abortiva, incentivando el aumento de muertes, mutilaciones e internaciones registrado en los últimos años. Incluso la OMS le reclama a la Argentina reducir los altísimos índices de muertes de mujeres embarazadas, que en nuestro país supera la media de América Latina. El gobierno agrava la política que lleva a la muerte de no menos de 600 mujeres al año, y que lleva a que casi 70 mil mujeres desfilen por año en los hospitales públicos, a raíz de los abortos espontáneos o mal practicados.
Lo que está en juego, por lo tanto, es la vida de miles de mujeres trabajadoras: defendemos el aborto legal, seguro y gratuito. Denunciamos a la Iglesia Católica, que se opone al aborto legal, a la educación sexual y al uso mismo de anticonceptivos. Una verdadera política criminal.
A 100 años del asesinato de las obreras de la Cotton en Nueva York, que realizaban un paro por jornadas laborales no mayores a 10 horas, por salarios igualitarios con los trabajadores varones y por las condiciones laborales, honremos a las textiles de ayer, como así también a las trabajadoras del Casino y todas las que están en lucha hoy, poniendo en pie en un gran movimiento de lucha por la mujer, independiente del gobierno y de la Iglesia.
Por un 8 de Marzo masivo y unitario que coloque a las mujeres en plano de movilización contra esta barbarie.


Aborto legal, seguro y gratuito.
Separación de la Iglesia del Estado. Basta de financiamiento a la curia y a sus instituciones satélites.
Basta de violencia contra las mujeres.
Aparición con vida de las mujeres desaparecidas en las redes de trata y tráfico de personas.
No a la precarización laboral, basta de patotas y criminalización de las luchas de los trabajadores y las trabajadoras.

Trabajadoras rurales en Rio Negro

¡Paso a la mujer trabajadora!
Las luchas de los trabajadores rurales y de la fruta en la provincia de Río Negro han puesto al descubierto las condiciones infrahumanas a las que son sometidas diariamente miles de obreras de las grandes concentraciones frutícolas.
Por medio de denuncias de un grupo de trabajadoras de Expofrut, seccional Lamarque, ha quedado en claro el padecimiento por parte de las compañeras de todo tipo de enfermedades.
Las compañeras han denunciado no sólo a la patronal y a la ART, que cataloga las enfermedades como “inculpables” (o sea, que no son por causa de las condiciones laborales) sino también a la propia CTA por hacer oídos sordos. Esto en el marco de un amplio proceso de ruptura del sector con la dirección del sindicato.
Una compañera trabajadora de la misma empresa, pero de la sucursal Chimpay, perdió su embarazo por las condiciones de superexplotación. Lo único que hizo la empresa fue llevarla con hemorragias fuera de las instalaciones y abandonarla a la vera de la ruta. Gracias a sus compañeros de trabajo llego al hospital.
En vísperas del próximo 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, las trabajadoras argentinas hemos demostrado estar a la cabeza de grandes luchas. Está más que claro que el régimen de explotación capitalista no diferencia el género. A la hora de explotar lo hace por igual, y en el caso de las mujeres obreras aún más por que somos “más caras y menos productivas”...
La salida a todo esto es la organización de las trabajadoras, junto con nuestros compañeros, en los reclamos de nuestra clase.

María (Río Negro)

domingo, 9 de marzo de 2008

Dia Internacional de la Mujer Trabajadora

8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora
En Plaza Congreso, a las 16 horas
● Por una educación sexual pública y laica. Acceso universal a una anticoncepción adecuada. Aborto legal, seguro y gratuito.
● Libertad inmediata a Romina Tejerina.
● Aparición con vida de las mujeres desaparecidas por las redes de trata y tráfico de personas. Rechazamos el proyecto kirchnerista de ley contra la trata, que prácticamente legaliza el tráfico de mayores de edad.
● Jardines maternales en los centros de trabajo y estudio. Igual salario por igual trabajo. No a la precarización laboral. Basta de patotas y criminalización de las luchas.
● Separación de la Iglesia del Estado. Exclusión de la Iglesia de toda función asistencial y educativa. Basta de financiamiento a la Curia.

El espectro de Espartaco aterra al Papa

El espectro de Espartaco aterra al Papa
Olga Cristobal
El papa Ratzinger volvió a arremeter. Esta vez recorrió, a paso rápido, los últimos cinco siglos de Occidente -desde Francis Bacon hasta Marx ("cuyo error fue el materialismo"), Adorno ¡y hasta Dostoievsky!- para concluir que "todo aquello que no se subordine a los dictados de la Iglesia, incluida la democracia, es ilícito" (El País, 19/12). Por ejemplo, la investigación científica, el divorcio, el sexo fuera del matrimonio (e incluso dentro de él), los preservativos, las parejas del mismo sexo o la legalidad del aborto, el "gran genocidio de nuestros días". El anatema incluye a cualquier legislador que ose desacatarlo.
En la Encíclica Spe Salvi, Ratzinger señala que todo lo que "se aparte de las leyes naturales es ilegítimo" y dictamina como única fuente de legalidad a la Iglesia ("sin Dios no existe justicia"). ¿Respeto a la voluntad popular? De ninguna manera, la debacle -dice Ratzinger- comenzó con la Revolución Francesa, que olvidó que "la razón humana es insuficiente" y que "un mundo que administra la justicia por sí solo es un mundo sin esperanza". "A Dios corresponde la soberanía", enfatiza el Papa, en una cerrada defensa del estado teocrático. Gran reivindicación de la sharía, 'anche' en latín.
Benedicto vs. Espartaco
El papa subraya que "el cristianismo no trajo consigo un mensaje político-revolucionario como aquel con el que Espartaco, en lucha cruenta, había fracasado (...) sino algo totalmente distinto: el encuentro con el Señor de todos los Señores". El que no quiera el infierno habrá de repudiar a Espartaco (destinado al fracaso) y aprender a hincarse ante el Señor y sus traductores. Pero aunque amenace con el infierno ("que existe"), Ratzinger convoca para librar sus batallas a guerreros más tangibles que el demonio. "El Papa quiere que haya mayor participación de los católicos en la vida pública y ha animado a todo el mundo a entrar en la dialéctica de la vida política y de la sociedad. De ahí su llamamiento a los profesionales católicos, farmacéuticos, médicos, políticos, para que se movilicen", reconoce el teólogo del Opus Dei, Lluís Clavell.

En realidad, el Papa está preocupado. La crisis internacional permite anticipar enormes conmociones sociales, algunas de las cuales ya están en desarrollo. Necesita mujeres que "eduquen" en la pasividad, la resignación, las supercherías y el oscurantismo. Ni palestinas violentando los muros de la vergüenza israelíes, ni madres del Casino que se encadenen en la Plaza de Mayo, ni mapuches en huelga de hambre. ¿Cómo conseguirlas sin alienar su cuerpo y su mente a la esclavitud doméstica, a la institución familiar, a la idea de "pecado" y a la "culpa"?
Que lo diga si no la Iglesia española -movilizada en bloque para derogar la más que restrictiva ley del aborto-, que utiliza toda la parafernalia de los "valores de la cristiandad y la familia" como ariete. O la Iglesia italiana, que con el cardenal Ruini a la cabeza ha agrupado a toda la derecha y a buena parte del centroizquierda detrás del reclamo de una "moratoria" a la ley aborto, la prohibición de las investigaciones con células madre y el desconocimiento de las uniones de hecho, sean hétero u homosexuales. El mensaje anti-Espartaco sedujo al francés Sarkozy (judío y divorciado), harto de los jóvenes de las barriadas, que manifestó en el Vaticano "la importancia de la religión católica en la vida pública y se permitió incluso alentar al clero francés a que intervenga más y con más valentía en los debates sociales y morales" (Le Monde, 6/1).
El Papa no es un nostálgico del medioevo, aunque su jerga remita al siglo XIII. Sus preocupaciones tienden a reverdecer los laureles de la curia como adalid de la contrarrevolución cuando cimbran las bases del capitalismo.
Ratzinger reclama para la Iglesia el derecho a interferir y reglamentar todos los intersticios de la vida social, y asegura que, si lo logra, cualquier horizonte de revolución social -Espartaco- será alejado.
¿Es posible declararse neutral ante una institución que hace dos milenios años blande simultáneamente la cruz y la espada, y se ofrece como recurso último de la reacción mundial? No hay programa de emancipación social sin la destrucción de la Iglesia y transformación de la religión en un evento enteramente personal o privado.
Por la separación de la Iglesia del Estado, educación sexual laica y científica, acceso a la anticoncepción, derecho al aborto (o la defensa del derecho al aborto donde fue obtenido), defensa irrestricta de los derechos democráticos de los homosexuales.

(publicado en Prensa Obrera Nº1028)