martes, 20 de octubre de 2009

Balance 24 Encuentro Nacional de Mujeres


La defensa de los Encuentros Nacionales de Mujeres

Unas 15.000 mujeres asistieron al XXIV Encuentro Nacional de Mujeres, donde funcionaron unos 180 talleres con 55 temáticas diferentes. En cada taller, luchadoras de todo el país se pronunciaron unánimemente en apoyo a las trabajadoras de Terrabusi, presentes en las Comisiones de Mujer y Trabajo. Las Feministas en Resistencia de Honduras fueron parte de un encuentro en el que decenas de talleres expresaron el repudio al golpe de Estado y a la represión que la dictadura desata sobre el pueblo hondureño y sus mujeres, en particular. Las trabajadoras autoconvocadas de la salud de Tucumán, en huelga indefinida, se integraron a los talleres de Salud, donde denunciaron la política privatista de Alperovich. Compartieron los debates con decenas de trabajadoras de la salud de Bahía Blanca, Buenos Aires, Santa Fe, Salta y otras provincias, donde también hay reclamos por aumento salarial y condiciones de trabajo.
Los talleres relacionados con la lucha contra la impunidad se unificaron conformando una gran asamblea que resolvió diferentes medidas de coordinación nacional de la lucha contra la impunidad del Estado: allí estuvieron las integrantes de la comisión Contra la impunidad de Tucumán, que agrupa a más de 200 casos. Las universitarias de todo el país, con una poderosa delegación de 300 mujeres de la Fuba, intervinieron en diversos talleres –Trata, Violencia, Aborto y Anticoncepción– y llevaron a la comisión de Mujer y Cárcel una declaración que alcanzó amplia difusión. En la comisión de Comunicación se denunció a la ley kirchnerista de medios como una herramienta al servicio de nuevos monopolios, la Iglesia y la burocracia sindical. Las comisiones de Mujer y Medio Ambiente impulsaron la campaña nacional de los docentes universitarios y el movimiento estudiantil contra la aceptación de los fondos de la minera contaminante Bajo La Alumbrera. Las comisiones de Violencia y las de Trata se multiplicaron, evidenciando que estas problemáticas interesan cada vez a más mujeres.
La Iglesia ataca al ENM
Tal como advertíamos en el Boletín que el Plenario de Trabajadoras entregó de a miles a las mujeres en el Encuentro, “la Iglesia se preparó metódicamente para infiltrar el Encuentro” con miles de activistas clericales. El sábado, en el colegio La Merced, el arzobispo Luis Villalba ofició una misa “en la que estuvieron muchas de las 3.000 mujeres católicas que participan del Encuentro” (La Gaceta, 11/10). Villalba “marcó el valor de la dignidad de la mujer integral, como trabajadora, como madre y como portadora de la vida” y “exhortó a sus fieles a que sean portadoras de la verdad y de la vida durante los debates que se llevan a cabo en Tucumán”.
Tal como lo solicitó el obispo, sus feligresas se presentaron en un número mucho mayor que en los Encuentros anteriores. En la vereda de las escuelas, las custodiaban cientos de hombres del clero, apoyados por policías armados, que se dedicaron a intimidar a las integrantes del Encuentro. El operativo policial montado por Alperovich, de 2.500 efectivos en las calles, fue otra marca de la integración entre la Iglesia y el Estado: mientras que el gobernador salía en todos los medios anunciando que no contaba con fondos para cumplir con los reclamos de los trabajadores de la salud, montaba un costosísimo operativo policial que nada debe envidiarle al bussismo, con el fin de amedrentar a las mujeres y al pueblo tucumano.
“La voz del Evangelio” se expresó con frases del estilo: “Si murió en un aborto es porque eligió abortar” (talleres de Anticoncepción y Aborto), “si las violan es porque andan provocando a la madrugada” (talleres de Violencia), “no están desaparecidas: se van de su hogar porque quieren” (talleres sobre Trata de personas), “la contaminación en el planeta es por la mala educación en las familias” (Medio Ambiente); “las homosexuales son anormales y enfermas” (talleres de Lesbianismo). Lograron obturar los debates con su oscurantismo, fundamentalmente en los talleres de Aborto y anticoncepción.
Los contenidos vertidos no son exabruptos: reflejan la esencia misma de una institución que es enemiga absoluta de los derechos defendidos durante los 24 Encuentros. Y como ocurrió en todos los ENM, la cohorte clerical fue denunciada y repudiada por las mujeres de los más diferentes pensamientos. Una de las organizaciones que participan siempre del Encuentro y denuncia a la Iglesia son las “católicas por el derecho a decidir”. El Encuentro integra de forma masiva a todas las defensoras de los derechos de las mujeres y no a sus enemigas.
¿Cómo fue posible semejante acción?
Las mujeres del Encuentro nos encontramos con un Caballo de Troya. El sábado por la mañana, el PCR/CCC garantizó que la escuela Mármol, donde estaban los talleres de Aborto, abriera las puertas más temprano para que las enviadas de la jerarquía eclesiástica ocuparan las aulas más temprano y se acomodaran como coordinadoras de los talleres. Intentamos durante horas desarrollar un debate que fue impedido por el clero. Luego de esto, las expulsamos de los talleres. El domingo, un batallón de militantes del PCR rodeó la puerta del colegio formando una cadena humana de protección de las enviadas del obispo Villalba, posibilitándoles que coparan nuevamente las aulas. Las mujeres que rechazamos la presencia clerical nos convocamos en talleres sin elementos de la Iglesia. Debimos funcionar en el patio de la escuela porque el PCR formó cordones ante las aulas para impedir la expulsión de las mujeres de Villalba, reclutadas de la burguesía tucumana. Cuando terminamos de sesionar, el sector de Comisión Organizadora que responde al PCR se negó a recibir las conclusiones de los talleres autoconvocados en defensa del derecho al aborto.
El Plenario de Trabajadoras señaló en diferentes oportunidades durante este año, al movimiento de mujeres, la actitud componedora del PCR con la curia. El PCR “prepara una provocación que les permita convertir al Encuentro en una ‘multisectorial’ con la Iglesia, los partidos patronales: ahora los sojeros, antes los kirchneristas” (Prensa Obrera Nº 1.093). Un día antes del Encuentro advertimos a los sectores históricos del ENM sobre la negativa del PCR a que la marcha del Encuentro pasara, como ocurre tradicionalmente, ante la catedral. Antes, las integrantes de la Comisión Organizadora que no son del PCR debieron desbaratar una maniobra sobre un documento enviado en nombre del Encuentro en el que no mencionaban entre los reclamos de las mujeres el derecho al aborto.
En esta oportunidad, la alianza se concretó con lo más recalcitrante de la burguesía clerical tucumana. Uno de sus objetivos fue el de preservar la “mediación” del obispo Villalba en el conflicto de la salud, que se propone estrangular la lucha de los trabajadores autoconvocados. Cuando en el acto de cierre, el Plenario de Trabajadoras intervino para defender Capital como sede del próximo Encuentro, el reclamo de que nunca más debamos compartir un taller con ninguna enemiga de nuestros derechos arrancó un fuerte aplauso de más de la mitad de las presentes que habían concurrido con la CCC, lo que muestra que la estafa de ese partido se desenvuelve a espaldas de muchas de sus propias compañeras.
La defensa del ENM está en las manos de todas las que percibimos la gravedad de esta infiltración. Debemos alcanzar la más respetuosa y amplia unidad para garantizar que debatamos encuentros y divergencias en el marco de una férrea defensa de las reivindicaciones pendientes de las mujeres y de la lucha para conquistarlas.
La masiva composición de mujeres luchadoras en este Encuentro es la garantía de que esto sea posible.
Vanina Biasi

XXIV Encuentro Nacional de Mujeres


TALLERES DE EDUCACION
A "confesión" de partes...
Los talleres de Educación fueron otro botín preciado por la Iglesia para tratar de quebrar desde adentro el Encuentro. En la comisión 42.1, veinticinco mujeres debatíamos los problemas de la educación frente a la crisis capitalista, el rol de la burocracia, la lucha contra el gobierno, el apoyo a la lucha de Terrabusi y contra el golpe en Honduras, la necesidad de un plan de lucha nacional por salario, presupuesto y condiciones laborales. La primera jornada terminó con un intenso debate, donde las “creyentes” eran, hasta ese momento, la minoría y un importante número de mujeres no intervenía.
Cuando faltaba un rato para finalizar las conclusiones, las “mudas” desataron una intervención como simples mujeres, comprometidas docentes, buenas amas de casa y una batería clonada de argumentos a favor de la educación religiosa y sexual “integral” (cuerpo, alma y amor) con valores morales, dirigida por las familias y orientada por la Iglesia. Y una defensa férrea de la educación privada, subsidiada por el Estado. Ahí descubrimos que eran mayoría desde el principio.
Denunciamos la intervención organizada de la Iglesia en todas las comisiones, con patotas policiales y punteros. Y planteamos dejarlo escrito en las conclusiones: “Fuera el Estado, la Iglesia y el aparato represivo del ENM”. Las mujeres del PCR intentaron, sin éxito, modificar las expresiones y pretendieron “consensuar” las partes. Desesperadas, elaboraban textos “alternativos” que dejaran a todas “contentas”, en los que no apareciera la palabra “iglesia”.Lo peleamos, lo impusimos. Las representantes clericales fueron a fondo ante el rastrero rol de las defensoras de la patronal rural y cómplices de la Iglesia: “Defendemos y agradecemos a la Iglesia católica que nos formó y nos preparó para participar en este Encuentro”.
A pesar de que el PCR procuró hasta el final que no quedara huella alguna de su complicidad con la Iglesia enemiga de las mujeres, las conclusiones (que les hicimos firmar) son una prueba irrefutable de su intervención conjunta con el clero.
Patricia Jure



"Quedó perfectamente claro el rol de la Iglesia"
Entrevista a Guadalupe Soria Rivero, unas de las delegadas destacadas del movimiento de trabajadores autoconvocados de la salud de Tucumán, e impulsora del movimiento de trabajadoras autoconvocados.
- Estuviste en el taller cuya temática era la salud. ¿Qué conclusiones sacaron?
- Fue importante el debate, porque vimos que en otras provincias hay situaciones similares a las que atravesamos en Tucumán e incluso en otros países, pues en esa comisión había una delegación de Paraguay. En ese taller intervenimos seis compañeras delegadas autoconvocados de Tucumán, explicamos nuestra experiencia de lucha, los sacrificios que implica la lucha, la intransigencia del gobierno, pero confiamos en que con firmeza y con el apoyo solidario de otros trabajadores vamos a triunfar.
- Fuiste oradora en el acto de apoyo a los trabajadores de Terrabusi...
- Para mí fue una experiencia muy importante, con un salón repleto de compañeras que cantaban a favor de esa gran lucha. Realmente me emocioné, más aún al escuchar cómo se han organizado para llevar adelante la lucha, la extraordinaria solidaridad que ha despertado en todo el país. No pude entender por qué, en un momento dado, se insistió en que se bajaran las banderas, pero no me pareció correcto. En un momento sentí que debía transmitir el saludo y brevemente las experiencias de nuestra también gran lucha de los autoconvocados y humildemente, creo que lo pude hacer.
- Tuvieron los autoconvocados la oportunidad de encabezar la gran marcha.
- Sí, aunque tuvimos que dar una pelea política para poder hacerlo pues un sector se había puesto en la negativa no sólo de que estuviéramos entre los sectores que encabezábamos, sino incluso que desplegáramos el cartel que decía simplemente "Trabajadoras de la salud autoconvocadas". Fue una marcha imponente como muy pocas veces se ha visto en Tucumán.
- Y al final fuiste oradora del acto que el Plenario de Trabajadoras y la Fuba realizaron frente a la Casa de Gobierno.
- Efectivamente, fue una tribuna compartida, en algún caso con sectores conocidos, porque el Plenario de Trabajadoras se hace presente siempre en la marchas de la salud, y en el caso de la Fuba, siempre nos informamos de su accionar solidario con las luchas populares y de los trabajadores.
- ¿Querés agregar algo más?
- Sí. Fue una experiencia extraordinaria ver como miles y miles de mujeres se organizan en la lucha por sus derechos. A una la llena de energía para continuar en la lucha. Por otro lado, fue también una extraordinaria experiencia comprobar los obstáculos que tenemos que superar para avanzar en nuestras luchas. Quedó perfectamente claro el rol de la Iglesia que jugó todos sus recursos para abortar el Encuentro, para difamar a las compañeras que sacrificadamente vinieron a Tucumán, armaron todo tipo de provocación acoplado al gobierno que prestó la policía para amparar todas esas provocaciones. Nuestro movimiento de trabajadoras autoconvocados es incipiente y tiene que superar estas limitaciones, pues el clero está metido en nuestra lucha, no sólo porque dirige la mediación con el gobierno, sino porque hay un sector de delegados y delegadas que representan los intereses del clero e hicieron lo imposible para impedir que nuestra lucha fuera al Encuentro a través de fuertes delegaciones de compañeras



Municipales de Jujuy, en la columna del Plenario de Trabajadoras
Dos días de discusión entre delegadas antiburocráticas, marcando el camino, señalando la fortaleza de desafiar a la policía, a la burocracia y a las patronales. Tuvimos una divisoria de aguas: la delimitación de la Iglesia, su repudio y la bandera del derecho al aborto. Las más aguerridas defensoras de nuestras posiciones fueron las Municipales de Jujuy: “vos sos la Iglesia”, le gritaron a una de las dos PCR tapadas en el taller.
Votamos a mano alzada y nos aplaudimos. Las invitamos al acto del PO y cuando pensamos que las habíamos perdido en la marcha, ellas encontraron la marea naranja del Plenario de Trabajadoras y con una seña nos pidieron marchar en nuestra columna. Las Municipales jujeñas encontraron en el PDT el abrazo fuerte y el programa firme de las mujeres contra la Iglesia, contra la Rural, y por el aborto legal.
C.R



Cientos de delegadas debatieron un programa para las trabajadoras
Había dos aulas previstas para Mujer y Sindicatos. Hubo que habilitar seis más para que deliberaran más de 400 delegadas y activistas sindicales antiburocráticas, llegadas de todo el país. En uno, dice una compañera, “la cantidad de mujeres era incalculable, había muchas sentadas afuera”. No es la primera vez que hay muchas delegadas en el Encuentro, pero nunca tantas eligieron los talleres sindicales.
En Tucumán, como ocurrió en los últimos encuentros, las burocracias sindicales prefirieron no exponerse a confrontar con las luchadoras. Sólo había una pequeña delegación de CTA interesada en discutir la Constituyente Social. La Iglesia también las debe considerar causa perdida: ni se acercó. 7 de los talleres repudiarion por unanimidad la militarización de ciudad y la presencia de la Iglesia (“las queremos fuera del Encuentro para poder debatir”) y se exigió que la Comisión Organizadora desconozca los talleres controlados por el clero. Sólo en uno surgió una posición minoritaria “contra cualquier acción patoteril”.
Todos los talleres repudiaron la represión a las luchas populares y llamaron a movilizarse con los y las trabajadoras de Terrabusi y de Autoconvocados de la Salud de Tucumán. Junto con la denuncia a “la connivencia de la burocracia de la CGT y ‘el hacer aguas’ de la CTA”, las mujeres firmaron masivamente por la restitución del Suteba La Plata a su dirección y contra el fraude de Yasky-Baradel.
Las compañeras exigieron salario igual a la canasta familiar y la reapertura de paritarias. Subrayaron la necesidad de defender las nuevas comisiones internas y cuerpos de delegados, “que deciden en asamblea, luchando por la recuperación de los sindicatos; enfrentando a las patronales, al gobierno y a los sindicatos traidores”. Se destacó la importancia de las Comisiones de Mujeres y Familiares –en varios había compañeras de Terrabusi y de Cive– para fortalecer los conflictos contra las suspensiones y despidos. “Nos quieren hacer pagar su crisis, mediante la violencia física, psicológica, económica, moral y sexual en los distintos ámbitos, la precarización, la extensión de la jornada, la tercerización, la precarización, el quite de aportes jubilatorios y de obra social, los bajos salarios”, dice una de las conclusiones.
El debate incluyó el conjunto de las reivindicaciones de las explotadas: el reclamo de tierra y vivienda, del derecho al aborto, la denuncia de la impunidad y el gatillo fácil, y la complicidad del poder con la trata y los narcos. Las violencias contra la mujer “son un problema político y social producto de la descomposición capitalista”, indica una de las conclusiones.
En general se votó, como es propio de la clase trabajadora, y se rebatió airadamente a las defensoras del consenso. El número de participantes y el tenor de las resoluciones expresan una maduración política del Encuentro, impulsada por trabajadoras que toman cada reivindicación en sus manos.
Olga Cristóbal (sobre el informe de las compañeras)

XXIV Encuentro Nacional de Mujeres Tucumán

La Fuba y los derechos de las mujeres
Casi 300 estudiantes universitarias, secundarias y terciarias organizadas por la Fuba viajamos al reciente Encuentro Nacional de Mujeres. Fuimos a Tucumán a llevar la enorme solidaridad del movimiento estudiantil con los trabajadores/as de Kraft Terrabusi. La colecta de fondos que ya veníamos desarrollando por los cursos la llevamos al Encuentro, fortaleciendo la unidad obrera estudiantil. También fuimos con el objetivo de extender la solidaridad hacia el heroico pueblo hondureño en su lucha por derribar el golpe. El rechazo a los fondos provenientes de La Alumbrera fue una campaña particular que desarrollamos en cada uno de los talleres. Repartimos la declaración conjunta de la Fuba, la FUC, la FUP y la Fulp denunciando la complicidad de las camarillas universitarias con el saqueo de los recursos naturales. En las comisiones de Universidad y Medio Ambiente, centros de estudiantes de otras provincias comentaban su propia experiencia de lucha contra las mineras contaminantes, adhiriendo al planteo de la Fuba de organizar un gran movimiento nacional que coloque a la universidad del lado del pueblo que lucha contra la depredación ambiental. En ambos talleres juntamos decenas de firmas. Los más concurridos de nuestra delegación fueron los talleres de aborto, anticoncepción y trata.
Llevamos nuestra experiencia de lucha por la aparición con vida de todas las mujeres y niñas desaparecidas y, fundamentalmente, la de Florencia Pennacchi. Planteamos para el próximo 3 de noviembre realizar una acción nacional sobre cada una de las facultades y en las calles reclamando el desmantelamiento de las redes de trata.
Las mujeres y, fundamentalmente, las jóvenes reaccionamos ante el ataque y la irrupción de la Iglesia católica sobre los talleres de Aborto y anticoncepción. No podíamos permitir sesionar con la presencia de una institución que fue cómplice de la dictadura, que tiene en su cúpula a pedófilos y abusadores y que nos trata como seres inferiores. Los intereses de las mujeres y los de la Iglesia católica son irreconciliables. Las estudiantes dimos una batalla fenomenal para echar a la Iglesia de los talleres. Frente a la efectiva expulsión que se estaba dando, una patota de hombres militantes clericales, junto a una veintena de uniformados de Alperovich, quisieron entrar en la escuela para defender a las católicas y echar a las mujeres luchadoras. Pero, con la organización decidida de las mujeres los terminamos echando. Mientras tanto, las mujeres del PCR armaban un cordón de seguridad para proteger a la Iglesia.
La experiencia vivida por las jóvenes universitarias en la lucha contra la presencia de la Iglesia católica deja establecido un precedente importante para lograr en el próximo Encuentro la definitiva expulsión del clero. Una importante participación la tuvimos en los talleres de Salud y Salud Mental, donde denunciamos la política de asfixia presupuestaria del gobierno, el vaciamiento de los hospitales públicos y las condiciones precarias de los trabajadores de la salud. Finalmente, nuestra delegación participó de los talleres de Cárcel e impunidad, Derechos Humanos y Medios de comunicación. En los primeros denunciamos las condiciones miserables en las que se encuentran las mujeres en situación de cárcel. En el segundo nos pronunciamos contra la ley K, manteniendo una postura independiente de los pulpos mediáticos y el gobierno. Finalmente, la Fuba tuvo su columna particular en la marcha donde participó, además, una delegación de la Fulp (La Plata). La columna de la Fuba fue saludada con aplausos y cánticos por muchas organizaciones de mujeres.
Mariela Solesio, vicepresidenta de la Fuba


Una muerta más por aborto clandestino
¡Decimos basta!

El sábado 10 de octubre, mientras se desarrollaba el XXIV Encuentro Nacional de Mujeres, murió María Raquel Díaz, piba cordobesa que residía en Rosario (Cadena 3), de 21 años y mamá de dos criaturas, víctima de la práctica de un aborto en la ilegalidad, que presionada por la desesperación decidió realizarse.
¡Asesinos! ¡Asesinos!, no nos cansamos de decirlo. El Estado y la Iglesia son los asesinos de estas mujeres, a las que impiden que accedan a la educación sexual, retiran la entrega de anticonceptivos en la salud pública, sumen en situación de desocupación, precarización, salarios menores que el nivel de pobreza, expuestas a despidos por embarazos y encima mantienen en la ilegalidad la práctica del aborto.
María Raquel es una de las miles que mueren. “Según el jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de la Maternidad Ramón Sardá, José Luis Golubcki, en el país se realizan unos 600 mil abortos clandestinos al año y entre 2.100 y 2.400 terminan con la muerte de la paciente” (Cadena 3, 12/10).
Quienes desde hace años, concientes de esta tragedia, venimos luchando contra esta situación y por el aborto legal, reafirmamos todos los días la necesidad de denunciar a los responsables, porque es a ellos quienes tenemos que dirigir nuestro reclamo, es a ellos a quienes les decimos: ¡Basta!
Mientras Raquel moría, los talleres sobre Derecho al Aborto, del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán, eran copados por cientos de enviadas del obispo Villalba a impedir que avance el debate sobre estos temas y a plantear: “si te morís, jodete”, “hay que cerrar las piernas”, y “hay que repudiar a los que entregan anticonceptivos gratuitos”; además, mantuvieron a sus matones rodeando la escuela e intentaron entrar en dos ocasiones, con policía incluida.
Las maniobras y patoteadas de éstas y estos enemigos de las mujeres continuaron durante todo el desarrollo del Encuentro.
El Plenario de Trabajadoras, presente en el Encuentro, junto a mujeres de otras organizaciones, dio una dura batalla por expulsarlas y garantizar el avance sobre estos temas. “No podríamos sentarnos con un pedófilo a dialogar en el taller sobre violencia y abuso sexual infantil”.
El caso –conocido– de María Raquel nos muestra que tenemos que redoblar nuestros esfuerzos en la lucha, sin vacilaciones, organizar más y más mujeres que digamos: ¡Basta! Por ella y por las miles de mujeres que mueren cada año. Por los miles de hijos que quedaron sin sus mamás... ¡Basta!
Por educación sexual, laica y científica. Por anticonceptivos gratuitos en todos los hospitales y dispensarios. Por el aborto legal, seguro y gratuito.
Plenario de Trabajadoras


El arzobispo nos dijo...
Activistas, matones y molotov contra las luchadoras
Los grupos religiosos se prepararon desde diciembre para introducirse en el Encuentro y plantear sus posturas. Se prepararon con ‘abogados del diablo’, que ponían a prueba sus argumentos desde las posturas más radicales feministas para que las participantes religiosas tengan capacidad de argumentación. Esa fue la gran sorpresa en un encuentro en el que tradicionalmente predominaron las ideas más liberales y los grupos que luchan en pos de cambios radicales. Las mujeres religiosas –estimadas según la Iglesia en unas 3.000– se presentaron en todos los foros del encuentro” (La Gaceta, 11/10).
El arzobispo, Luis Villalba, también se propuso generar una sensación de caos en la población e incitó a la represión, suspendiendo las misas en la catedral y en las iglesias del centro “por razones de seguridad y para evitar agresiones” (ídem). El sábado, Villalba invitó a a organizar cadenas de oración basadas en su sermón del día de la Virgen de la Merced, “generala del Ejército argentino”. Las “cadenas de oración” las rezaron “a viva voz” centenares de “varones jóvenes”, que “protegieron” las iglesias por donde pasaba la marcha del Encuentro, “protegidos” por policías antimotines y carros de asalto que Alperovich puso a su disposición. Las campanas doblaron a rebato “para tapar los cánticos de las manifestantes” (El Siglo, 12/10).
Antes, Villalba había ordenado que los hombres se plantaran frente a las escuelas donde sesionaban los talleres. Intentaron repetidamente entrar en la escuela Mármol, donde funcionaban los de anticoncepción y aborto, acompañados por policías armados, una situación inédita en un Encuentro. “Desde temprano, un grupo de hombres se paseaba frente a la escuela. ‘Monseñor Villalba nos dijo que no nos identifiquemos; bah, decidimos no hacerlo, por temor a represalias. Dentro están las señoras de la Iglesia, tratando de que no se mate a su bebé’, dijo uno de ellos. Otro, de apellido Monroy, agregó: ‘no queremos perder la participación de nuestra gente, que está exponiendo nuestro pensamiento en el taller’” (La Gaceta, 12/10).
Según la agencia Anred, Monroy es un funcionario de Obras Públicas de la Municipalidad.
Los agentes de monseñor se acostaron tarde. En la madrugada del lunes trataron de romper el vidrio de una ventana del CEF 18, donde se alojaba un centenar de mujeres, y arrojar bombas molotov. La denuncia, en la Comisaría 12ª, tiene como prueba las botellas con nafta y mechas incendiarias. Aunque el gobierno provincial había exigido para prestar las escuelas que fueran custodiadas por la policía, ésta se retiró y dejó la zona liberada.
La embestida de la Iglesia crece a medida que crece la participación de luchadoras en los Encuentros. La curia tradicionalmente trató de colonizar los talleres de aborto y anticoncepción, de adolescencia, de familia. Ahora mandó a sus cohortes a “todos los foros del Encuentro”. El motivo es que las mujeres, fogueadas en el movimiento piquetero y en la lucha sindical, han vencido la política de regimentación que les imponía que se sometieran a temarios prefijados. Ya los talleres no funcionan como compartimientos temáticos estancos. Los sindicales se pronuncian sobre la trata y el aborto, y repudian al clero. Los de aborto y violencia discuten la solidaridad con Terrabusi y las consecuencias de la crisis capitalista.
Esta fusión entre las temáticas de género y clase indica que muchas luchadoras saben que sus problemas no se resolverán al margen de la lucha general de los explotados contra este régimen social. Por esa misma razón, los sectores que presentan la opresión de la mujer como producto de un pacto entre varones –”sin clientes no habría trata”, “el aborto ilegal es un pacto masculino por el control de los cuerpos”– han quedado en absoluta minoría frente a las que acusan al gobierno nacional, a los provinciales y discuten cómo enfrentarlo.
Esta perspectiva explica que la Iglesia avance sobre otros talleres en sus esfuerzos por desmoralizar al movimiento de mujeres, por controlar y destruir los Encuentros.
Olga Cristóbal


El taller de Mujer y Sindicatos repudia el ataque a los de anticoncepción y aborto
“Este taller sindical se pronuncia por la separación de la Iglesia de los talleres del Encuentro Nacional de Mujeres.
“Repudio al ingreso de fuerzas de seguridad y patotas para reprimir el debate y la participación de las compañeras. Que la Comisión Organizadora fije posición sobre este ataque al Encuentro Nacional de Mujeres por parte de la Iglesia, en defensa del ámbito del que participamos las mujeres que luchamos por nuestros derechos”.
Había una sola mujer de la CCC, estatal bonaerense, que adhirió al repudio.