sábado, 6 de noviembre de 2010

MARTES 9/11 MARCHAMOS POR JUSTICIA POR MARIANO

MARIANO FERREYRA: UN CRIMEN POLITICO Y SU TRAMA
Martes 9/11 17 hs. Movilización de Callao y Corrientes a Plaza de Mayo

La causa de Mariano Ferreyra destila, por todos los poros, la trama de un crimen político. En ella asoma la acción coordinada de la burocracia sindical, sus sicarios, los concesionarios ferroviarios y fuerzas de represión, todos ellos con un vértice común en el aparato del Estado.
Ha trascendido, por caso, la tramitación del ingreso de Cristian Favale,
principal sospechoso del asesinato de Mariano, al concesionario Ugofe, por pedido expreso de la Unión Ferroviaria. O sea que las empresas y la burocracia sindical coordinan el empleo de patoteros o sicarios en el ferrocarril, como contraprestación de sus apretadas contra los trabajadores. El ingreso de estos elementos sirve para provocar un clima de terror en los talleres ferroviarios, contra aquellos trabajadores que resulten “señalados” por la burocracia sindical. Se ha revelado, también, que las principales tercerizadas del ferrocarril Roca pertenecen al grupo Roggio, a su vez, socio de la Ugofe. O sea que Roggio se subcontrata a sí misma, en las barbas de la secretaría de Transporte; el objetivo es desviar a sus arcas los subsidios millonarios que recibe esa contratista de su propiedad. Los trabajadores de “sus” tercerizadas a un régimen laboral indigno.
La causa no ha avanzado en las responsabilidades de la policía bonaerense y federal; en el caso de la federal, por haber “liberado la zona” en vísperas del ataque criminal. La federal se ha defendido con el increíble argumento de que no actuó para “no reprimir la protesta social”, dándole carácter de ‘protesta social’ a la emboscada criminal de un grupo de sicarios. La policía repite un tesis oficial, que se ha convertido en una tercerización de la represión por parte de patotas. La misma “zona liberada” rigió, en el pasado, para el Hospital Francés, el Casino, el subte, los docentes de Neuquen o Santa Cruz,  o el Indec.

La causa, en definitiva, cruza por todas sus aristas al Estado. Nos referimos a una burocracia entrelazada con el gobierno y el empresariado, que contrata a “barrabravas” que, a su vez, prestan servicios regulares al poder político;  a la trama empresarial entre esa burocracia y los concesionarios ferroviarios  para montar un régimen de explotación laboral y violencia en los ramales, financiado y amparado por el Estado y sus subsidios; nos referimos al amparo brindado por el aparato policial, a su vez dependiente de los ministerios de seguridad nacionales y provinciales, al accionar de esa red criminal.
A la luz de estas evidencias abrumadoras, el silencio oficial  se está transformado en complicidad. El gobierno privilegia  sus pactos políticos –y “sociales”- con la burocracia sindical y los grupos capitalistas (entre ellos, los concesionarios de ese ferrocarril) por encima del asesinato político de Mariano. ¿Son esos pilares políticos la condición para preparar una eventual reelección? La impunidad para con este crimen sería una venia para la patota sindical, las “zonas liberadas” y el trabajo en negro, tres hipotecas demasiado pesadas para el pueblo argentino. En oposición a ello nos volveremos a movilizar el próximo martes 9, a partir de las 17 horas.
Juicio y castigo a TODOS  los culpables del crimen político cometido contra la clase obrera.

Para comunicarse:
Jorge Altamira: 14 44 23 78 73
Néstor Pitrola: 15 53 24 23 56
Marcelo Ramal: 15 56 90 19 43

FUERZA ELSA!!

Elsa Rodríguez: una luchadora que sigue la pelea

Hablan sus hijos Gisela, Vanesa y Johnatan

Hace una semana que Elsa pelea por su vida. Había sido gravemente herida de un balazo en la cabeza por la patota de Pedraza. En el Hospital Argerich, donde se encuentra internada, sus familiares, amigos y compañeros del Partido y del Polo Obrero se turnan para darle fuerza y acompañarla. Conversamos con Gisela, Vanesa y Johnatan, tres de sus siete hijos.
El primero que toma la palabra es Johnatan: "Mamá es una luchadora de toda la vida. Una madraza que sola se hizo cargo de todos nosotros. La sufrió, la peleó, pero nunca nos dejó tirados. Vino de Uruguay en 1984 y empezó laburando en un geriátrico. Ahora lo hace en casa de familia. Siempre dignamente, llueva o truene, lo que sea, ella iba para bancar el pan de sus hijos. Y nunca tuvo ayuda de nadie de arriba. Cuando se nos incendió la casilla en la que vivíamos, en Berazategui, éramos chiquitos y perdimos todo: casa, documentación, papeles. Nos quedamos sin nada y mamá entró a golpear puertas al gobierno, a la municipalidad, a las manzaneras. Nadie nos recibía ni nos daba nada. Adonde iba, le pedían documentos y ella los perdió en el incendio -sigue Johnatan-. Hasta que conoce a un militante del Partido Obrero y ahí se empezó a meter. Sólo el Polo Obrero, que nunca le pidió nada, le abrió las puertas. La empezaron a ayudar, comenzó a organizarse en el comedor, con la mercadería y a participar de las marchas y piquetes. Allí se pudo refugiar y hacerse fuerte".
Fue hace aproximadamente siete años. Poco a poco, Elsa se fue destacando como organizadora del Polo Obrero de Berazategui en el Barrio Bustillo, ganándose un lugar en la mesa regional y participando de cuanto evento pudiera: "Cocinaba, estaba en los comedores, hacía reuniones, actividades para los chicos". Desde entonces, participa en todas las movilizaciones y luchas defendiendo los derechos de los trabajadores. Como la de los ferroviarios tercerizados, donde Elsa fue una de las primeras en anotarse. Desde entonces, también Johnatan se tuvo que acostumbrar a convivir entre pancartas del Polo Obrero que muchas veces quedaban en casa luego de una movilización.
Elsa es, además, un ejemplo de convicciones. Fue tentada muchísimas veces por los punteros ("los mulos", como dice su hijo) de Mussi, intendente de Berazategui, para sumarse a la red de la municipalidad. Pero, cuentan sus hijos, Elsa los rechazó indignada cada vez. Gisela cuenta cómo se enojó con ella cierta vez que osó reprocharle no haber aceptado esas ofertas. Ofendida le preguntó si acaso pensaba que ella era una corrupta vendida. "No me habló por un mes", completa.
Los tres necesitan aclarar, contra lo que se publicó en Clarín, que Elsa "no es ninguna ignorante. No era analfabeta como dicen. Ella ya sabía leer y escribir porque hizo la primaria en Uruguay. Ella lee "Prensa Obrera", los volantes y los folletos, aunque sean largos. Siempre anda llena de prensas y papeles que en casa es la única que los entiende". "Lee la prensa entera para poder explicarla", agrega un familiar.

Elsa acababa de participar del Encuentro Nacional de Mujeres en Paraná. "Volvió contentísima, cambiada. No la reconocíamos", dicen a coro sus hijas. "Es que estaba más alegre que nunca, con pilas, con fuerza, entusiasmada planificando el próximo Encuentro que, dicen, va a ser en Bariloche."
Elsa, militante, siempre involucró a su familia e hijos. "La Pipi (Stefanía), la menor, siempre está con ella, va a todas las movilizaciones. Ella participa mucho, le interesa todo lo que es del Partido y del Polo y siempre la acompaña", dicen sus hermanos. "Siempre nos invita -agrega Vanesa-. Fuimos a las marchas por Kosteki y Santillán y a otras. Mamá nos pide que participemos, pero no siempre podemos".
El jueves 21, ellas dos encabezaron, junto a dirigentes de distintas organizaciones, la inmensa movilización por el asesinato de Mariano. "Yo veía a mi mamá -dice emocionada Vanesa-. Ella estaba ahí con nosotros aunque estuviera en el Hospital. Como siempre. Fue muy duro. Estaba muy mal."
"Hoy no podemos ir todos a esas marchas porque no estamos bien. Espero lo entiendan", agrega Gisela, mientras jura que apenas salga Elsa van a acompañarla, todos sus hijos y nietos, a las movilizaciones a Plaza de Mayo para reclamar por el Juicio y Castigo.
Están sorprendidos por la solidaridad. No sólo de sus compañeros de militancia sino, como dice Vanesa, de "gente que no conozco. En Constitución me paraban porque me habían visto en la tele. Me preguntan, me dan fuerzas. Lo mismo en mi barrio, en Calzada. También en Burzaco, o en el colegio de mis chicos o en la puerta del Hospital. Lo mismo en su barrio, donde es muy querida. Todos me dicen que están orando por ella, que es una gran luchadora y que va a salir adelante. Yo les agradezco de todo corazón. Sé que va a salir adelante porque la conozco. Es una mujer fuerte".
Johnatan se anima a pronosticar una imagen que pinta a Elsa de cuerpo entero: "Yo estoy seguro que lo primero que hace mi mamá apenas salga de acá es agarrar una bandera del Polo Obrero y se va a una marcha. Mi mamá ama al Polo", agrega Vanesa. "Da la vida por ello, es lo que le gusta y está convencida", completa Gisela.
Elsa Rodríguez, uruguaya, 56 años, madre de siete hijos, abuela de trece nietos, trabajadora, militante y luchadora. Un ejemplo.

Matías Villar

JUSTICIA POR MARIANO FERREYRA

Mariano Ferreyra, compañero, amigo, hasta la victoria siempre


Mariano se hizo compañero y amigo de nosotros, de la UJS y del PO, cuando todavía no había terminado el secundario. Su hermano lo había hecho unos meses antes. Desde entonces, fue siempre un orgullo estar a su lado, escucharlo y desarrollar con él nuestras inquietudes.
Lo conmovieron las grandes movilizaciones piqueteras y la rebelión popular de 2001. Desde el comienzo se destacó como dirigente en Avellaneda. Constructor de la UJS, combinó su actividad en el movimiento estudiantil con la participación en las principales luchas obreras y populares que conmovieron a su pago chico y al país. Estuvo al frente en la lucha por la recuperación de Sasetru bajo gestión obrera. Impulsó el movimiento estudiantil, el centro de estudiantes en el Simón Bolívar de Sarandí, donde cursó la secundaria. La sede del CBC de Avellaneda lo tendrá para siempre en su historia como uno de sus principales organizadores, probablemente el principal. Por su gran autoridad política, sus compañeros de la UJS lo apodaban fraternalmente "el Jefe". Militaba desde hacía unos meses junto a los ferroviarios. Participó, electo como delegado, de los tres últimos congresos del Partido Obrero.
Fue trabajador metalúrgico. Fanático de la música y el cine, incursionó en distintos proyectos musicales y estaba definiendo su ingreso a alguna de las escuelas artísticas de Avellaneda. Adoraba a sus hermanas y a su hermano mayor.
"Marianito", el benjamín de nuestros adultos de la zona sur, era concienzudo, parsimonioso, siempre ávido de formación política. Tenaz como pocos, cursó dos años del profesorado de Historia en el Instituto Nº 1, también en Avellaneda.
Nunca se achicó ante situaciones difíciles. Que se encontrara en la primera línea de lucha junto a los obreros no sorprende. Confesó en repetidas oportunidades su deseo de luchar durante toda su vida, una necesidad que había hecho con pasión. La juventud y la clase obrera han perdido a quien ya era gran cuadro político.
La lacra burocrática a la que combatió con energía, pasión e ideas cegó su vida cuando apenas contaba con 23 años. En nuestro recuerdo, en estas horas tremendas, se mezclan decenas de anécdotas políticas y personales, todas lozanas y divertidas, quizás el resultado, el mejor, de luchas compartidas.
Sus compañeros más cercanos lo recordamos por su gran compañerismo. Reconocía y defendía a ultranza el valor de cada uno de aquéllos que combatían codo a codo con él y compartían su lucha y sus ideales.
Marianito va a estar presente en cada día de nuestro futuro. Qué pena tener que decirte tan temprano, "hasta la victoria, siempre".

Jacyn, El Bé y los pibes de la UJS Avellaneda