Hemos regresado hace unos días del XXIII Encuentro Nacional de Mujeres. Recién ahora empiezan a conocerse los balances, las miradas y los planteos de cada sector.
Para el grupo neuquino La Revuelta, las que sostuvimos la independencia política de las mujeres incurrimos en "masculinismo"; La Revuelta hizo causa común con el sojero PCR, por eso quizá no repudia la violencia ejercida por este grupo, resguardada por un patotero, ni lo denuncie por "maculinista". Ruth Zurbriggen, también de La Revuelta, presenta otro ángulo: "No estamos de acuerdo con aquellos (sic) que aprovechan los encuentros para introducir sus luchas políticas, las que no tocan a los temas que interesan a las mujeres" (Diario de Río Negro, 17/8). ¡Pero nos tocan! Porque un apoyo a la patronal sojera significaba reforzar a un sector explotador que se opone, aún más que el gobierno, a los derechos por los que luchamos las mujeres. Zurbrigeen dice que no tocamos temas que le interesen a las mujeres, como si ella fuera el termómetro de esas inquietudes y no valieran las de las militantes socialistas. Desde el Plenario de Trabajadoras no aceptamos la exclusión de las mujeres de ninguna temática, no aceptamos que las mujeres seamos relegadas al rol de "objetos" de la política y, más aún, no permitimos que se pretenda que la agenda de las mujeres esté ajena a la lucha política contra quienes promueven la opresión y la explotación.
Graciela Alonso, también integrante de La Revuelta y de la Comisión Organizadora de Neuquén, alertó sobre la necesidad de que las próximas reuniones incluyan en la organización a quienes trabajan todo el año con problemáticas de mujeres: "No creo que los partidos no tengan que estar, pero (...)" (extraído del grupo virtual Red No a la Trata). ¿Alonso ignora que las organizaciones de mujeres integradas por militantes políticas estamos a la cabeza de la lucha contra la trata, hemos logrado sacar a miles de mujeres de la violencia, batallamos en los colegios por la educación sexual, luchamos contra la institucionalización de nuestros niños pobres e impulsamos actividades por el aborto legal en todo el país? Si lo ignora, Alonso simplemente no debería dar lecciones a nadie. El 25 de mayo, el Plenario de Trabajadoras llamó a integrar masivamente la CO a todos los sectores de mujeres de la provincia; sin embargo, Alonso calló y comulgó con el vaciamiento de la CO, mientras armaba con el PCR el plan para silenciar a los otros sectores de sus compañeras de la CO. País original, Argentina tiene ahora un feminismo sojero.
Las Fugitivas del Desierto, un grupo escindido de La Revuelta, dio su visión sobre la apertura: "El acto de apertura mismo fue truncado por las desavenencias en los posicionamientos políticos en torno de la actual coyuntura nacional" (Las 12, 22/8). Diferencias hay siempre, el ENM es un espacio heterogéneo. ¿Por qué no denuncian la censura ejercida por el PCR y La Revuelta? Jamás hubo acuerdos entre quienes integramos el ENM sobre la "coyuntura nacional", sin embargo ahora se ponen cordones de patoteras. ¿Tan difícil es condenar desde un medio la censura sobre determinadas posiciones y reclamar para el ENM la defensa de las diferentes expresiones que conviven dentro del campo de la lucha por los derechos de las muje res, de la lucha contra las diferentes formas de opresión y la defensa de nuestro derecho a decidir?
Hay otro feminismo¡Qué contraste entre estas alianzas y estas prácticas con las compañeras del feminismo que se construye sin prejuicios ni discriminación, creando espacios amplios de defensa de derechos elementales de las mujeres! Se está pariendo un feminismo alejado del lobby parlamentario, de la complicidad con las instituciones del Estado y con sus personeros, y más cercano a nuestras grandes mujeres, militantes políticas y revolucionarias, que condensaron la lucha por la revolución con la lucha contra el patriarcado y la opresión de clase y de género de las que somos víctimas. En esa tradición histórica se inscribe el Plenario de Trabajadoras. No forzamos en los talleres debates sobre política: trabajamos conscientemente para que las mujeres hagamos política, condenemos a nuestros verdugos y tomemos en nuestras manos nuestro propio destino. Sin política no hay combate contra el oscurantismo clerical ni contra la opresión del Estado, las dos bestias que debe enfrentar el feminismo que merezca ese nombre.Aquellas amigas y compañeras que en diferentes puntos del país dan paso a un feminismo que se construye en la calle y en la lucha están haciendo otra historia, tanto desde organizaciones ligadas a partidos como desde organizaciones sin pertenencia partidaria. Podemos así poner en pie un gran movimiento nacional de mujeres independiente de las patronales de todo tipo, sus gobiernos y las iglesias.El 28 de septiembre, con diferencias y enojos, con distintos puntos de vista, debemos marchar por un reclamo que es necesidad de todas y de las más silenciadas en particular. Por educación sexual para decidir, anticoncepción gratuita para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir, ¡miles de mujeres en la calle!
Vanina Biasi - Plenario de Trabajadoras
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