jueves, 23 de agosto de 2012

SOSPECHAN QUE YAMILA ES VÍCTIMA DE TRATA


Su paradero es un misterio desde octubre de 2009. La causa está en la Justicia Federal y su familia apunta a una ex pareja de ella, que fue investigada y sobreseída. Es el único caso de una desaparecida en la ciudad de Córdoba en el que se investiga esclavitud sexual.
19/08/2012 00:01 , por Juan Federico





“Me voy a comer a lo de unos amigos, poné el agua que vuelvo en dos horas a bañarme”. Era el mediodía del domingo 25 de octubre de 2009. Yamila Elizabeth Cuello (21) se despedía con un hasta luego de su abuela, con la que vivía en barrio Coronel Olmedo, frente a la casa de su madre, en el extremo sudeste de la ciudad de Córdoba. A pie, Yamila desandó las siete cuadras que la separaban del domicilio donde iba a almorzar con sus compañeros del colegio nocturno, en el que estaba terminando una deuda pendiente: el secundario.
Tras comer, relatarían luego los jóvenes, Yamila salió caminando de regreso a la casa de su abuela. Nunca llegó. A partir de entonces, su nombre encabeza un voluminoso expediente que hoy tiene cuatro cuerpos y un largo preliminar por los laberintos de la Justicia.
La denuncia de su desaparición ingresó en un laberinto judicial, entre la órbita provincial y la federal, que investigaron con policías y gendarmes, hasta que hoy recayó en la Fiscalía Federal Nº 1, a cargo de Enrique Senestrari (ver Derrotero judicial).
Angustia. “Cuando ese día no volvió –recuerda su hermana Soledad Cuello–, esperamos hasta la noche; el lunes fuimos a hacer la denuncia a la Unidad Judicial Nº 7, de barrio Colón, pero nos respondieron que por ‘paradero’ debíamos esperar 72 horas”.
Cabe destacar que en ninguna parte de la legislación figura que por una desaparición hay que aguardar tres días para denunciar. Incluso, organizaciones que trabajan contra la trata de personas o el robo de niños apuntan todo lo contrario: es indispensable acudir a la Policía o a la Justicia cuanto antes. Cuando fue fiscal General, entre 2004 y 2007, el hoy fiscal federal Gustavo Vidal Lascano ordenó que cualquier denuncia fuera tomada de inmediato.
Yamila desapareció con lo puesto. No se llevó su documento nacional de identidad, su teléfono celular ni dinero de sobra. “No tenía medios económicos para irse por su cuenta”, resumió una fuente de la investigación.
Soledad y la madre de Yamila, Graciela, son dos mujeres angustiadas. Reparten su tiempo entre la crianza de los niños (Graciela cría a dos, Soledad a tres) y la búsqueda de Yamila. Limpian casas de familia, lavan ropa para afuera, cobran la asignación universal por hijo y venden pastelitos. Hoy, no tienen los 600 pesos que necesitan para imprimir mil afiches con la cara de Yamila. De manera gratuita, ahora son asesoradas por la abogada Soledad Díaz García, del Plenario de Trabajadoras.
“Hemos tocado millones de puertas, todo sale del bolsillo de nosotros, al Gobierno y a la Justicia no les interesa la situación de uno, si esto le pasaba a alguien de poder económico ya hubieran dado vuelta todo para buscarla, pero como nosotros somos pobres...”, se angustia Soledad.
Sospechas. Fue la propia familia la que acercó la principal pista de la causa a los investigadores. Apuntaron que Yamila supo estar de novia con un hombre más grande que ella, llamado Néstor Antonio Simone, domiciliado en barrio Villa Boedo, con el que tuvo una relación por lo menos conflictiva. “Él, cuando se dejaron de ver, la continuó amenazando por teléfono”, repite Soledad lo que ya declaró ante la Justicia.
“Él (por Simone) jugaba clandestinamente, apostaba mucho y sabemos, porque eso nos han contado conocidos, que la apostaba a ella también”, quedó escrito en el expediente. ¿Qué significa esto? “Que cuando perdía, obligaba a Yamila a acostarse con otras personas, los que le ganaron la apuesta”, responde Soledad.
La joven jamás contó sobre estas supuestas apuestas a su familia. “Fueron dos años en los que estuvieron juntos, con vaivenes. Ella lo dejó en enero de 2009”, apunta la hermana, la voz de los Cuello en Córdoba que más se eleva en busca de Yamila, quien el pasado 15 de febrero cumplió 24 años.
Su padre, Nicolás Cuello, vive en Mar del Plata, desde donde emprendió diferentes campañas para dar a conocer el caso a nivel nacional.
Una vez, recuerda Soledad, Yamila la llamó pidiendo auxilio. Se habían peleado y él, tras pegarle, la dejó encerrada sola en la casa, siempre según lo que cuenta (y declaró ante la Justicia) Soledad. Su marido (hoy fallecido) junto a un grupo de amigos fue hacia Villa Boedo a rescatarla.
Aunque algunos investigadores sostienen que Yamila era prostituida antes de desaparecer, su familia lo niega.
Simone, enterado de la desaparición, supo ir hacia la casa de la madre de Yamila a preguntar por novedades. La Fiscalía Federal Nº 2, a través de Gendarmería, lo investigó y lo sobreseyó. No se encontró nada que lo incrimine.
El único caso. Yamila es hoy la única persona desaparecida de la ciudad de Córdoba de la que se sospecha que ha sido víctima del delito de trata de personas con fines sexuales.
Un rumor que llegó a oídos de su familia señaló que fue vendida a un prostíbulo de La Rioja por 1.200 pesos. “Pero es sólo eso, un ‘me dijo que le dijeron que le habían contado’”, aclara señalando su origen difuso.
Cuando Yamila desapareció, en teoría debió haber regresado caminando por la principal arteria de Coronel Olmedo, la avenida Idelfonso Muñecas, plagada de comercios. Pero, domingo a la siesta, no había nadie.
Hasta ahora, la investigación no pudo dar con alguien del barrio que aporte algún dato. Si alguien la levantó en un auto, si pasó caminando por allí. ¿No hablan porque no vieron nada –“a Yamila la conocía todo el mundo”, dice Soledad– o por temor a algo? “Quizá una recompensa ayudaría”, se esperanza Graciela, aunque hasta hoy no hay ningún ofrecimiento oficial de ese tipo.
“Mirá todo el tiempo que se perdió”, vuelve a reprochar Soledad, acotando sobre las idas y vueltas de la causa.
“Nosotros –dice la madre–, tenemos la intuición de que está viva. Todos los días la esperamos, soñamos que golpea la puerta y se aparece”. “Mis hijos –complementa Soledad– sueñan que Yamila los va a buscar al colegio”. Pero hoy, Yamila es sólo una ilusión.
Misterio
Descripción. Mide un 1,70 metro, es robusta, tiene cabello lacio castaño oscuro, tez trigueña, con un tatuaje de una manzana en el costado derecho del torso.
Denuncias. Por cualquier dato, debe llamar de inmediato al 101, acudir a la comisaría más cercana o comunicarse a Tribunales Federales (Av. Concepción Arenal 690 y Wenceslao Paunero, barrio Rogelio Martínez, de la ciudad de Córdoba) o al teléfono (0351) 433-4629.
Mesa redonda. Este miércoles, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) habrá una mesa redonda en la que se expondrá el caso de Yamila. Está prevista para las 19.
Derrotero judicial
25/10/2009. Yamila desaparece tras ir a reunirse con unos amigos en barrio Coronel Olmedo, de la ciudad de Córdoba.
29/10/09. Su abuela denuncia en la Unidad Judicial Nº 7. La causa recae en la Fiscalía Provincial Distrito 2 Turno 2, en Tribunales II, a cargo de Mercedes Balestrini.
12/11/09. El caso es derivado a la Unidad Judicial de la Mujer y el Niño (calle Rondeau 258, Nueva Córdoba) y a la Fiscalía Provincial de Distrito 3 Turno 3, a cargo de Eve Flores, que investiga los delitos conexos a la trata de personas.
30/11/09. La investigación, ante la sospecha de trata de personas, que es un delito federal, va hacia la Fiscalía Federal Nº 2, liderada por Gustavo Vidal Lascano, que ordena a Gendarmería Nacional realizar diferentes pesquisas.
21/12/09. Es allanada por orden de la Justicia Federal el domicilio de la ex pareja de Yamila, Simone, en Villa Boedo. No se encuentran elementos que lo vinculen con la desaparición y Simone es sobreseído.
16/04/10. La Justicia Federal entiende que se debe investigar el caso por un supuesto delito de “promoción y facilitación de la prostitución”, que es de competencia provincial, por lo que el caso regresa a la fiscalía de Eve Flores.
16/03/2012. El padre de Yamila, Nicolás Cuello, presenta una nueva denuncia en la Justicia Federal, por lo que se abre otra causa en la Fiscalía Nº 1, a cargo de Enrique Senestrari. La fiscal Flores deja de investigar.

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