HACIA EL ENCUENTRO DE LA MUJER
¡Aborto legal ya!
Las Naciones Unidas y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han "advertido" al gobierno por los altos índices de muerte materna (44 cada 100.000 nacidos vivos), incluidas adolescentes y niñas, por no garantizar ni la anticoncepción gratuita, ni la educación sexual, ni cumplir los abortos no punibles. En una inusual declaración, el Comité de Derechos Humanos de la ONU dijo que "debe modificar su legislación" para que "ayude efectivamente a las mujeres a evitar embarazos no deseados y que éstas no tengan que recurrir a abortos clandestinos" (Página/12, 1/4). Esto explica las contramarchas del Gobierno y de su eclesiástico ministro Juan Manzur respecto de la Guía de Abortos No Punibles.
La situación es grave: la Argentina triplica los índices de mortalidad materna de Uruguay y Chile. Cada año, según cifras oficiales, mueren unas 300 gestantes, parturientas o puérperas y otras 6.000 quedan con lesiones. Los expertos lo adjudican al aborto ilegal y al colapso sanitario. "Muchas mujeres mueren por fallas del sistema de salud. De las 768 maternidades públicas, el 42 por ciento no tiene los servicios indispensables para la atención de partos y recién nacidos", reconoce el Ministerio. Faltan anestesistas, quirófanos, sangre, ambulancias, respiradores. En las provincias del Norte, pero también en la de Buenos Aires y en la Capital (Página/12, 28/5/09).
Aborto ilegal
Aunque es ilegal en toda la región (menos en Cuba), el aborto es la primera causa de muerte materna sólo en Argentina, Jamaica y Trinidad-Tobago. El Ministerio de Salud dice que el medio millón de abortos anuales causa unas cien muertes: es falso. El subregistro es tan brutal que la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires (Sogiba) afirma que los hospitales porteños sólo registran una de cada tres muertes relacionadas con el embarazo. Mientras el Ministerio informa que en 2008 murieron 10 gestantes en Capital, Sogiba comprobó que son 33 (Artemisa, 28/5).
El mejor modo de evitar los abortos es prevenir el embarazo no deseado. Pero oficialistas y opositores no sólo votaron una ley de educación sexual con todas las ambigüedades que exigió el clero, sino que también bloquean su aplicación. El presupuesto 2010 aprobado por la Legislatura porteña para educación sexual es de 50.000 pesos (para 650.000 alumnos). Desde 2007, el embarazo adolescente subió en la Ciudad 11,8 puntos porcentuales hasta ser el 20% del total. La otra pata de la prevención son los anticonceptivos, que llegan erráticamente a los centros de salud, muchas veces vencidos. Los jefes clericales, además, obstaculizan su distribución (Informe CELS 2008). La influencia de la Curia en las jefaturas médicas y en la Justicia obstruye también los abortos no punibles (que sí se hacen en la práctica privada). Una vez más, la penalización del aborto es la penalización de la pobreza.
¿Aborto legal?
Cristina Kirchner eligió dos ministros militantemente antiabortistas: Graciela Ocaña y Juan Manzur, quien repite que es "hombre de la Iglesia", así como su jefa dice que está contra el aborto porque es peronista y no progresista. En 2009, CFK ordenó congelar los proyectos de reglamentación o ampliación del aborto no punible. Pero ahora los K están divididos, del mismo modo que con el matrimonio igualitario. Al borde de las elecciones, las encuestas coinciden en que la mayoría apoya la legalización del aborto. Entre los cincuenta diputados que "transversalmente" firman el proyecto de la Campaña por el Aborto legal, hay muchos oficialistas que probablemente no impulsen el debate pero voten afirmativamente si llega al recinto; Carta Abierta propone la legalización del mismo modo que los jueces Argibay y Zaffaroni y la constelación de medios K. No es la posición del sanjuanino Gioja, probable compañero de fórmula de NK, uno de los arietes contra el matrimonio igualitario.
La misma división se registra dentro de la oposición patronal, de inmejorables relaciones con el cardenal Bergoglio pero que también pelea los votos de la clase media urbana. La Iglesia promete dar batalla con todos los alfiles que le permitieron conquistar oficialistas y opositores. Todos los médicos del Hospital Provincial de Rosario se declararon objetores de conciencia después de que Binner convirtió en Resolución la Guía de Aborto no Punibles. En el Normal 1, se usó la clase de educación sexual para exhibir una película antiabortista y fraudulenta. En Mendoza, Celso Jaque (otro aliado de los K) impulsa en la Legislatura una Guía de Aborto que admite que los médicos "objetores" no receten anticonceptivos.
A unos y a otros les importa un bledo la vida de las mujeres. Pretenden convertir la lucha por la legalidad del aborto en una pieza más del escenario de choques entre el gobierno K y la oposición, de negociación de sus alianzas electorales. Intentan extorsionarnos con nuestras reivindicaciones y nuestro derecho a la vida y la salud.
La legalidad del aborto no puede quedar librada a los enjuagues, enfrentamientos y capitulaciones de los bloques patronales, comprometidos hasta los tuétanos con el clero. Ni un gramo de confianza en ellos.
Hay que arrancar en la calle la plena legalidad y gratuidad del aborto, el acceso universal a la anticoncepción y una educación sexual científica. Convirtamos el Encuentro Nacional de Mujeres de Paraná en el gran organizador y potenciador de esta lucha.
La situación es grave: la Argentina triplica los índices de mortalidad materna de Uruguay y Chile. Cada año, según cifras oficiales, mueren unas 300 gestantes, parturientas o puérperas y otras 6.000 quedan con lesiones. Los expertos lo adjudican al aborto ilegal y al colapso sanitario. "Muchas mujeres mueren por fallas del sistema de salud. De las 768 maternidades públicas, el 42 por ciento no tiene los servicios indispensables para la atención de partos y recién nacidos", reconoce el Ministerio. Faltan anestesistas, quirófanos, sangre, ambulancias, respiradores. En las provincias del Norte, pero también en la de Buenos Aires y en la Capital (Página/12, 28/5/09).
Aborto ilegal
Aunque es ilegal en toda la región (menos en Cuba), el aborto es la primera causa de muerte materna sólo en Argentina, Jamaica y Trinidad-Tobago. El Ministerio de Salud dice que el medio millón de abortos anuales causa unas cien muertes: es falso. El subregistro es tan brutal que la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires (Sogiba) afirma que los hospitales porteños sólo registran una de cada tres muertes relacionadas con el embarazo. Mientras el Ministerio informa que en 2008 murieron 10 gestantes en Capital, Sogiba comprobó que son 33 (Artemisa, 28/5).
El mejor modo de evitar los abortos es prevenir el embarazo no deseado. Pero oficialistas y opositores no sólo votaron una ley de educación sexual con todas las ambigüedades que exigió el clero, sino que también bloquean su aplicación. El presupuesto 2010 aprobado por la Legislatura porteña para educación sexual es de 50.000 pesos (para 650.000 alumnos). Desde 2007, el embarazo adolescente subió en la Ciudad 11,8 puntos porcentuales hasta ser el 20% del total. La otra pata de la prevención son los anticonceptivos, que llegan erráticamente a los centros de salud, muchas veces vencidos. Los jefes clericales, además, obstaculizan su distribución (Informe CELS 2008). La influencia de la Curia en las jefaturas médicas y en la Justicia obstruye también los abortos no punibles (que sí se hacen en la práctica privada). Una vez más, la penalización del aborto es la penalización de la pobreza.
¿Aborto legal?
Cristina Kirchner eligió dos ministros militantemente antiabortistas: Graciela Ocaña y Juan Manzur, quien repite que es "hombre de la Iglesia", así como su jefa dice que está contra el aborto porque es peronista y no progresista. En 2009, CFK ordenó congelar los proyectos de reglamentación o ampliación del aborto no punible. Pero ahora los K están divididos, del mismo modo que con el matrimonio igualitario. Al borde de las elecciones, las encuestas coinciden en que la mayoría apoya la legalización del aborto. Entre los cincuenta diputados que "transversalmente" firman el proyecto de la Campaña por el Aborto legal, hay muchos oficialistas que probablemente no impulsen el debate pero voten afirmativamente si llega al recinto; Carta Abierta propone la legalización del mismo modo que los jueces Argibay y Zaffaroni y la constelación de medios K. No es la posición del sanjuanino Gioja, probable compañero de fórmula de NK, uno de los arietes contra el matrimonio igualitario.
La misma división se registra dentro de la oposición patronal, de inmejorables relaciones con el cardenal Bergoglio pero que también pelea los votos de la clase media urbana. La Iglesia promete dar batalla con todos los alfiles que le permitieron conquistar oficialistas y opositores. Todos los médicos del Hospital Provincial de Rosario se declararon objetores de conciencia después de que Binner convirtió en Resolución la Guía de Aborto no Punibles. En el Normal 1, se usó la clase de educación sexual para exhibir una película antiabortista y fraudulenta. En Mendoza, Celso Jaque (otro aliado de los K) impulsa en la Legislatura una Guía de Aborto que admite que los médicos "objetores" no receten anticonceptivos.
A unos y a otros les importa un bledo la vida de las mujeres. Pretenden convertir la lucha por la legalidad del aborto en una pieza más del escenario de choques entre el gobierno K y la oposición, de negociación de sus alianzas electorales. Intentan extorsionarnos con nuestras reivindicaciones y nuestro derecho a la vida y la salud.
La legalidad del aborto no puede quedar librada a los enjuagues, enfrentamientos y capitulaciones de los bloques patronales, comprometidos hasta los tuétanos con el clero. Ni un gramo de confianza en ellos.
Hay que arrancar en la calle la plena legalidad y gratuidad del aborto, el acceso universal a la anticoncepción y una educación sexual científica. Convirtamos el Encuentro Nacional de Mujeres de Paraná en el gran organizador y potenciador de esta lucha.
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