La educación sexual en manos del clero
Después de un año y medio de discusiones, el Consejo Federal de Educación aprobó por unanimidad los contenidos de la ley de educación sexual para las escuelas, estatales y privadas, desde el jardín de infantes hasta el superior no universitario (formación docente y escuelas técnicas). En los contenidos que trascendieron no figura la palabra aborto ni homosexualidad.
El Ministerio de Educación estaba obligado a impartir educación sexual desde que, en 2003, se promulgó la ley de Derechos Sexuales y Reproductivos, pero la oposición de la Iglesia Católica demoró la ley de educación sexual hasta 2006. Entonces, el kirchnerismo logró el milagro de que fuera votada por unanimidad. Para eso, el Congreso aprobó una ley vacía, cuyos contenidos y metodología serían decididos por el Ministerio y una comisión de notables en 180 días. Sin embargo, el artículo 5º ya estableció que "cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros". Era la principal demanda del cardenal Bergoglio, porque no sólo le dejaba el control total sobre las escuelas confesionales sino que colocaba a los docentes de la escuela pública a merced del embate de los aparatos clericales.
La comisión de notables (que se tomó 18 meses en vez de 180 días) fue integrada por "especialistas de género" como la psicoanalista Eva Giberti; la académica y ex funcionaria ibarrista Graciela Morgade y Silvina Ramos (Cedes). También por rabinos, evangélicos y dos primeras espadas del Opus Dei, Miryam Andújar y María Inés Franck, del Consudec. Las cristianas sólo justifican el ejercicio de la sexualidad si está destinado a la procreación, y lo consideran un pecado en todo otro caso. El rabino pertenece a un credo que prohíbe tocar por impuras a las mujeres con la regla menstrual. Es-pec-ta-cu-lar. Las "especialistas de género" sólo han ido a lavarle la cara al gobierno.
El ministro Juan Carlos Tedesco dijo que "este acuerdo histórico (...) fija un piso de los conocimientos mínimos". Miente. "Los lineamientos no establecen un mínimo de horas cátedra y menos que menos contenidos particulares y puntuales" (Clarín, 30/5). No sólo eso: según Morgade, con la metodología decidida "se corre el riesgo de que la educación sexual no se termine aplicando" porque hasta 3º año, la educación sexual va a ser "transversal" (estará desperdigada en media docena de materias). En 4º y 5º, cada provincia es libre "de determinar si la convierte en una materia específica o continúa como un eje que atraviesa a las demás". En Salta, Santiago del Estero y Tucumán se imparte religión católica dentro del horario de clases, es posible imaginar el tenor de la enseñanza que les espera a los chicos y adolescentes del NOA, con índices de embarazo infantil y muerte por aborto clandestino que triplican los de otras zonas del país.
La Iglesia, como ante cada capitulación del gobierno, avanza. Su vocero en el diario La Nación, que celebra que "en muchos ítems se advierte una aproximación cuidadosa, como pisando con pies de plomo" se indigna porque se enfatiza "que el preservativo es el ‘único' método existente para prevenir el virus del sida". Propone la abstinencia y la fidelidad y pone como ejemplo a Uganda (La Nación, 2/6), uno de los países donde la homosexualidad se castiga con prisión efectiva y cuyo gobierno excluyó a los homosexuales de la atención médica y entrega de drogas contra VIH-sida (Amnesty International).
De acuerdo con la Ley 26.150, el Ministerio de Educación tiene cuatro años para implementar el Programa Nacional de Educación Sexual en forma "gradual" e integral (Página/12, 4/3). Hasta 2010. Para entonces, si se mantienen los índices oficiales del Ministerio de Salud, habrán parido 6.000 niñas menores de 14 años, otras 24.000 habrán sido hospitalizadas a consecuencia de un aborto clandestino y habrán nacido 200.000 hijos de menores de 20 años, con una proporción de 17 madres pobres por cada una de mayores ingresos. Esas son algunas de las tragedias sociales que ayudaría a prevenir la educación sexual en la enseñanza. El gobierno, una vez más, ha optado por sus pactos con la Iglesia.
Olga Cristóbal
PO1041
1 comentario:
aprovecho este medio para felicitar a Olga Cristoval, por sus notas de Prensa Obrera, un saludo. Natalia.
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