Conversamos con Marcela, esposa de uno de los delegados de la fábrica de colchones Seally.
-¿Cómo está viviendo la situación actual la familia trabajadora?
-Con mucha dificultad, la plata ya no alcanza. Todos los días en los supermercados aumentan los precios y los sueldos, no. Antes, con 100 pesos llevabas a casa cierta cantidad de cosas, pero ahora, con la misma plata, llevas un cuarto de eso. Ya no se puede soportar. Además, una tiene que hacer malabares para sostener a la familia: yo trabajo de tarde y mi marido de mañana, nos turnamos para cuidar a nuestras hijas, pero a veces se hace muy difícil compartir las tareas en la casa. Termino muy estresada y, además, en mi trabajo no me quieren reconocer los días por enfermedad.
-¿Cómo vivís el hecho de que tu marido sea delegado en la fábrica en una interna combativa?
-La verdad es que al principio no me gustaba, porque siempre andaba con el teléfono hablando con todos los compañeros, organizando cosas y me molestaba que esté en casa menos que antes. Pero, después, entendí que es muy importante lo que está haciendo. Yo veo que ellos, en la fábrica, ante cualquier ataque de parte de la patronal, que de hecho es un ataque a nuestras familias, se ponen de pie, hacen una medida en la planta y lo frenan. Entonces me di cuenta que es muy importante la organización de los trabajadores. Yo misma por mi trabajo, que trabajo muchas horas y sin ningún beneficio porque nuestro sindicato no aparece, le pido consejos y estoy peleando para que nosotras tengamos también delegados.
-¿Cómo te preparás para este 8 de marzo?
-Voy participar en la marcha del 7 con el Plenario de Trabajadoras para levantar nuestros reclamos. Ahora más que nunca, las mujeres nos tenemos que organizarnos y salir a la calle para defender a nuestras familias y que el ajuste no pase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario