miércoles, 15 de julio de 2009

Contra la Gripe A y los responsables de la epidemia

CONTRA LA GRIPE A Y LOS RESPONSABLES DE LA EPIDEMIA
Formemos comités de crisis que defiendan la vida de la población

El gobierno que el 26 de junio decía que había 1.587 afectados por la gripe A reconoció una semana después que eran más de 100.000. El ministro de Salud, Juan Manzur, mantuvo la cifra –a pesar de la reprimenda pública de Cristina Kirchner– porque si no debía explicar por qué la tasa de mortalidad argentina era cien veces más alta que la del resto del planeta. También las víctimas fatales treparon de 27 a 79 (en la noche del martes 8). El gobierno mantiene su política de desinformación y encubrimiento: la gremial del Posadas dice que allí ya murieron 26 adultos y cinco chicos. En Santa Fe (donde Nación registra nueve casos), el gobierno provincial cuenta 18; la diferencias se repiten en otras provincias (La Nación, 6/7; Crítica, 7/2). Tampoco coinciden los pronósticos. Mientras el ministro bonaerense Claudio Zin espera “que en dos semanas empiecen a disminuir los casos”, el porteño Jorge Lemus vaticina: “En estas cuatro semanas, cuando se produzca el pico en la circulación del virus, todos vamos a conocer a alguien que tiene o tuvo gripe A” (La Nación, 6/7).
El Comité Federal de Salud (que reúne a los ministros provinciales y el nacional) insiste en que los que tengan algún síntoma se aíslen. ¿Aislarse en departamentos donde conviven tres generaciones o más? ¿En las villas? ¿En las casas tomadas? Macri ni siquiera extendió el horario de los centros de salud y las salitas, que muchas veces atienden sólo hasta el mediodía.
El infectólogo mexicano Alejandro Macías, enviado por la Organización Panamericana de la Salud, dice que la Argentina “es el epicentro del mundo” (La Nación, 6/7) y que habría que paralizar la actividad pública, centralizar la estrategia sanitaria y los recursos, y declarar la emergencia (Perfil, 4/7). Es lo que reclaman todas las asociaciones de profesionales y docentes. Pero en vez de cerrar los ámbitos públicos para frenar el circuito de contagio, Manzur pide responsabilidad individual: “Nadie está obligado a ir a bailar cuatro horas. Entonces que no lo haga, pero por convencimiento propio”, dijo, como si fuera un pastor anabaptista y no el responsable de la salud pública. En la capital, Lemus afirma alegremente que “no hay riesgo de contagio en espectáculos, bares y restaurantes” (La Nación, 6/7). A la voz de sálvese quien pueda, la Corte decretó feria judicial y el Congreso se apresta a suspender las sesiones (ya no funcionan las comisiones parlamentarias).
Están acatando el apriete de la Cámara de Comercio y otras cámaras patronales, preocupadas por el lucro cesante si suspendieran sus actividades una semana (La Nación, 4/7). Algunos shoppings amenazaron con multas a los locales que cerraran. Los empresarios cancelaron las funciones teatrales sólo cuando perdieron el 80% de los espectadores. Los trabajadores de algunos casinos impusieron el cierre a la patronal después de votar la “retención de actividades”.
Hasta ahora, el cuidado del pueblo descansa en dos pilares. Por un lado, los trabajadores de la salud, que ya tienen víctimas fatales en Berazategui, La Plata y Capital. Las jornadas agotadoras, con cientos de pacientes hacinados, sin mínima protección –¡barbijos!– explican que ya un 40% de los trabajadores de la salud esté enfermo. “Nos están restringiendo los barbijos y todos los insumos. Nos han dado 20 millones menos que en 2008. Necesitamos medidas presupuestarias urgentes, estamos total y absolutamente desbordados”, dice Nora Sánchez, secretaria de la Asociación de Trabajadores de la Salud de San Luis, una de las provincias “menos” afectadas (elpuntano, 3/7).
La epidemia potencia una debacle previa, generada por años de destrucción de la salud pública. Para colmo, los privados “llegan a pagar hasta 1.300 pesos por una guardia de 24 horas, cuando los hospitales públicos pagan unos 500 pesos”, señaló Jorge Yabkowski, de la gremial médica bonaerense.
El otro puntal son los docentes, que impusieron en numerosos distritos el cierre anticipado de las escuelas, una medida indispensable para preservar la salud de los chicos. Esto, sin embargo, plantea el problema de dónde van a comer. Mientras los nutricionistas dicen que hay que aumentar las defensas con frutas, verduras y carnes magras, en la provincia Scioli entrega una canasta de alimentos que no cubre ni las más indispensables necesidades: leche en polvo, harina, arroz, fideos, azúcar, aceite, dos latas de tomate, yerba mate y un jabón de tocador. En la Capital, “los padres pueden retirar diariamente un sándwich de milanesa y otro de fiambre, una fruta, una repostería y una barra de cereal, además del equivalente a 400 cm3 de leche diarios” (La Nación, 7/7). O sea que el pico de la epidemia va a encontrar a los pibes peor alimentados que de costumbre. Es necesario romper el aislamiento y formar comités de crisis integrados por trabajadores de la salud y la educación, organizaciones obreras, estudiantiles y barriales. Funcionemos con asambleas abiertas y guardias permanentes en las escuelas, hospitales, barriadas y sindicatos para que se pueda acudir ante cualquier circunstancia y organicemos la defensa de la población.
Olga Cristóbal
(publicado en Prensa Obrera 1090)


Para el gobierno, "emergencia sanitaria" es recortes en salud
Juan Manzur anunció que no hay que declarar la emergencia sanitaria porque ya está declarada desde la crisis de 2002. ¿Acaso lo ignoraban Graciela Ocaña, los ministros provinciales y el mismo Manzur cuando discutían si era pertinente declararla? Claro que no.
La emergencia sanitaria, el decreto 486-2002 firmado por Eduardo Duhalde, Ginés González García, "dengue" Capitanich, De Mendiguren y otros en marzo del 2002 permitió que tanto el sistema público como el privado disminuyeran, so capa de la crisis, las prestaciones previstas por el Plan Médico Obligatorio, que fue sustituido por un PMO de Emergencia aún vigente. De este modo, recortaron infinidad de prácticas y legalizaron la privatización y tercerización de los servicios públicos.
Por ejemplo, aumentaron de los 40 a los 50 años la cobertura de las mamografías, método básico de detección del cáncer de mama, en el mismo período en que crecía esta patología en las mujeres jóvenes. Permitieron esterilizar y reutilizar material desechable. Eliminaron las prácticas de medicina preventiva y las prótesis odontológicas. Limitaron la cantidad de remedios con cobertura y bajaron del 50 al 40% los descuentos obligatorios en las obras sociales y las prepagas. Eliminaron prestaciones indispensables para la tercera edad y los discapacitados, incluidas muchas de rehabilitación. También el plazo para realizar cirugías programadas.
"El decreto de emergencia sanitaria lo único que hizo fue legitimar la reducción del PMO, al disminuir las obligaciones de cobertura que prepagas y obras sociales deben ofrecer al ciudadano usuario. El Estado aparece para proteger a los prestadores para que puedan cerrar sus cuentas y no a los destinatarios de la atención, a quienes les aplica la reducción de sus derechos", opinaba entonces Silvia Quadrelli, titular del Médicos del Mundo Argentina (misionesonline, 21/10/02).
Cuando es imperioso aumentar el presupuesto de salud, reforzar las dotaciones de personal, aumentar las camas de internación, garantizar el acceso universal a los medicamentos y a las prácticas, la "emergencia sanitaria" que el gobierno desempolvó es la que consumó la destrucción del sistema público de salud.
O.C.


La "estrategia sanitaria" está regida por la falta de medicación
El pueblo debe poner todas las indicaciones oficiales bajo sospecha. El aparente "caos" y las contradicciones entre los funcionarios "no reflejan divergencias científicas. Intentan ocultar que la estrategia sanitaria está regida por la falta de recursos". Dijeron que era innecesario tener un diagnóstico preciso porque no hay laboratorios estatales suficientes. Pero en privado se hace el hisopado y los funcionarios se pavonearon ante un aparato que devela en minutos la cepa del virus. "A casi dos meses de la emergencia internacional, la Argentina no posee la cantidad necesaria de kits de diagnóstico rápido en los hospitales, que posibilitarían confirmar la enfermedad en cuatro horas" (La Nación, 7/7). Por eso, otra de las medidas anunciadas es que el hisopado sólo seguirá realizándose a los pacientes graves. Jorge Yabkowski, de Fesprosa, aseguró que "el 17 de junio, la Nación comunicó un protocolo en el que recomendaba dar la droga a todos los pacientes bajo sospecha y sus contactos, pero después lo limitó porque no le alcanzaba el stock" (Crítica, 7/7). De la sola lectura de los diarios surge que reina una anarquía absoluta ya no entre provincia y provincia sino entre hospital y hospital de una misma ciudad.
Antes de la reunión del Consejo Federal de la Salud, el lunes, el ministro bonaerense Claudio Zin había dicho que se iban a administrar antivirales "a todos los pacientes con síntomas de gripe". Hasta entonces, la indicación era administrarlo a los pacientes confirmados (¿confirmados cómo, si no se hace el análisis?) y a los grupos de riesgo con síntomas (aunque, por supuesto, después de la reunión, Manzur dijo que se medicará "a todos los mayores de 15 años que estén padeciendo las primeras 48 horas de síntomas", algo muy difícil de precisar. Lo único que "sustenta esta decisión es que la medicación no alcanza", lo que surge de las estimaciones del gobierno, que calcula 107.000 pacientes "comprobados", pero sólo repartió 300.000 tratamientos. "Las provincias todavía no recibieron las partidas" (La Nación, 7/7). Los pacientes lo pagan con la vida, como explicó el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, Pablo Bonvehí, quien "advirtió que en el país se dio hasta ahora un mayor porcentaje de muertes por la influenza A porque la medicación se implementó en forma tardía; es decir, le llegó al paciente después de las primeras 48 horas del contagio" (Crítica, 8/7). Esto vuelve aún más criminal que el gobierno haya permitido que desde esta semana se venda en las farmacias.
Después de jurar que le sobraban camas y antivirales, y de reprimir brutalmente una movilización de docentes y estudiantes que reclamaba más recursos ante el Ministerio de Salud provincial, súbitamente Zin reconoció: "No tengo medicamentos suficientes para repartir en los hospitales de la provincia". Prendido el ventilador, agregó que iba a gestionar fondos provinciales "para comprar aparte" porque "falta que Nación suministre los medicamentos" (Clarín, 6/7).
O.C


Gripe A: Declaración y llamamiento de diferentes organizaciones de La Matanza
NO PERMITAMOS EL ENCUBRIMIENTO GUBERNAMENTAL DE LA EPIDEMIA DE GRIPE A.
ORGANIZARNOS PARA DEFENDER LA SALUD Y LA VIDA DE LOS VECINOS DE LA MATANZA.
Hace dos largos meses que la población se encuentra librada a su suerte frente a la epidemia de la gripe A. El gobierno de Cristina Kirchner, pero también la oposición patronal como Macri y Carrió, han negado sistemáticamente la importancia y gravedad de la epidemia, permitiendo que avance sobre una población indefensa.
Es por eso que Argentina se convirtió rápidamente en el tercer país en número de muertos y en el primero en la relación fallecidos/infectados. La Matanza tiene el tristemente célebre primer lugar en el número de muertos reconocidos oficialmente, mientras los casos que se conocen por el boca a boca triplican largamente esa cifra. (Sólo en el ámbito de la comunidad educativa distrital podemos mencionar como víctimas fallecidas a un alumno de la Técnica 7, un auxiliar del Jardín 912, una mamá embarazada del Jardín 990 y una maestra de la Primaria 197.)
Esto es así, porque el virus de la influenza A ataca una población con las defensas diezmadas, luego de una larga década de la peor crisis social y económica que haya conocido nuestro país, donde la desocupación, el subempleo y el déficit alimentario son moneda corriente.
Esto es así, además, porque enfrentamos décadas de vaciamiento hospitalario y del sistema de salud pública, con presupuestos mínimos, salarios miserables para los profesionales y trabajadores de la salud, y una precarización laboral sólo comparable a los peores empleos del país. Como ejemplo vale mencionar que gran parte de los profesionales de la salud de los hospitales provinciales están fuera de la carrera hospitalaria o sea no cobran antigüedad ni pueden acceder al ascenso de categorías.
La batería de medidas, que anunciaron en los últimos días, son manotazos desesperados frente a una situación fuera de control y, además, completamente insuficientes. Se anunciaron 1.000 millones de pesos como partida extraordinaria, cuando el presupuesto anual de la Nación en salud es de 5.000 millones para hacer funcionar unos pocos institutos nacionales, y el de la provincia 3.000 millones. 1.000 millones, que además no está claro cómo van a repartirse, es una cifra mínima para una emergencia como la que enfrentamos.
Frente a la pandemia de gripe A que se ha instalado en nuestro país, con su secuela de fallecimientos en ascenso, donde desde el Ministerio de Salud informan que habría unos 100.000 infectados y que el virus de gripe A es el que circula en mayor porcentaje que la gripe común, y no teniendo siquiera un plan común en todo el país para enfrentar la epidemia, los abajo firmantes, en defensa de nuestra salud, de nuestras vidas y la de nuestros seres queridos, peticionamos a las autoridades:
* Inmediata atención de toda persona que presente síntomas de gripe en las unidades sanitarias de los barrios, en los hospitales públicos y en todas las clínicas y sanatorios privados, que deben estar a disposición de la población frente a la emergencia en forma absolutamente gratuita (que las patronales privadas se hagan cargo de los gastos que puedan tener y no sus trabajadores).
* Entrega del antiviral y demás medicamentos sin costo para los pacientes, incluyendo la posibilidad de internación preventiva en todos los establecimientos asistenciales, tanto públicos como privados.
* Provisión de elementos para combatir la expansión del virus, tales como barbijos, alcohol en gel, desinfectantes, etc.
* Control sanitario y seguimiento de la población en riesgo. Entrega de alimentos en cantidad y calidad como para elaborar una dieta nutritiva y balanceada, elaborada por médicos y nutricionistas, incluyendo alimentos frescos que provean vitaminas y proteínas en la entrega de bolsones que reemplazan al comedor escolar.
* Control por parte de las organizaciones populares y de trabajadores (que a través de asambleas elijan sus representantes) de la distribución de insumos y los gastos afectados a combatir la pandemia.
* Aumento inmediato del presupuesto de salud para enfrentar este flagelo de gripe A, bajo control de los trabajadores de los hospitales.
* Cese de toda actividad laboral o comercial durante 15 días, para crear la barrera sanitaria frente a la epidemia.
* Exigimos el cumplimiento en todas las empresas y comercios del distrito, de la totalidad de las medidas que ya dictaminó el Ministerio de Trabajo en relación a licencias inmediatas a todos los trabajadores en riesgo, sin afectar el salario ni presentismo.
* Ningún despido ni suspensión de trabajadores amparados en la epidemia de gripe A.
* Reclamamos a las empresas del distrito que fabrican elementos relacionados con la prevención de la gripe A (jabones, lavandinas, alcohol, etc.), la entrega en forma gratuita de partidas de dichos productos para colaborar con la población, al municipio y organizaciones sociales que lo soliciten.
* Pase a planta permanente de la provincia, nación y municipios de todo el personal de la salud precarizado y tercerizado. Cumplimiento de todas las asignaturas pendientes en materia de recursos humanos (en PBA: nombramiento de todos los becarios, incorporación de más trabajadores, cumplimiento de los 1X1, pase a planta permanente de los interinos, aumento del reemplazo de guardia). Rechazo de la incorporación transitoria de profesionales (jubilados y estudiantes avanzados), ya que implica la aplicación de un método que generó la actual crisis sanitaria. Incorporación de los 2.000 postulantes a la residencia en la PBA, como planta permanente desde su incorporación con un programa de formación a cargo de universidades públicas y reconocimiento del Ministerio. Capacitación en bioseguridad al conjunto del personal de la salud, a cargo del Estado - particularmente de aquellas áreas en la que el Estado entregó a los capitales privados.
Las organizaciones abajo firmantes, llamamos a los trabajadores y vecinos del distrito a organizarnos para obtener estos reclamos, como medidas elementales para hacer frente a la emergencia. Reuniones y asambleas en cada barrio y lugares de trabajo son fundamentales para relevar nuevos reclamos.
Convocamos a movilizarnos a la Intendencia el jueves 16 de julio, donde pediremos audiencia al intendente y el comité de crisis. Exigimos al gobierno y a las autoridades sanitarias la satisfacción de estos reclamos y a la CGT y CTA de La Matanza que organicen la defensa de la salud de los trabajadores y vecinos del distrito sin encubrir la política gubernamental.
Radio Abierta: lunes 13 de julio, a las 17 horas, en Plaza San Justo (Arieta e Irigoyen) para difundir el petitorio y la movilización para entregarlos.
Nos reuniremos nuevamente el lunes 13, a las 19 horas, en Ocampo y Paraguay, San Justo, invitando a todas las organizaciones sociales, gremiales y políticas que lo deseen a sumarse a esta lucha.

Minoría del Consejo Ejecutivo Suteba Matanza por Lista Violeta - Marrón - Verde
Ricardo Schiro, secretario general Asociación Profesionales Hospital 32; Comisión Interna Ex Jabón Federal; Comisión Interna Interpack I; Agrupación Trabajadores de la Salud en Lucha del Hospital 32; Opción, Unidad y Lucha; Docentes en Marcha; Lista Marrón; Tribuna Docente; Barricada; No pasarán; En clave Roja - Unlam; UJS; Polo Obrero



Quién es Juan Manzur
El nuevo ministro de Salud
El nuevo ministro de Salud de la Nación es un conocido de los lectores de Prensa Obrera. Hasta el sábado vicegobernador de Tucumán, Manzur fue ministro de Salud de la provincia entre 2003 y 2007. En ese período, según palabras del jefe de Gabinete, Sergio Massa, Manzur se destacó por sus políticas que lograron “reducir a la mitad la mortalidad infantil en la provincia”: del 25 al 12,8 por mil.
Nada de eso. Lo que hizo Manzur fue “adulterar los índices de mortalidad infantil, para lo que ordenó que los médicos no asistieran a los bebés de muy bajo peso de la Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes, donde nacen el 40% de los chicos de la provincia” (Prensa Obrera 1041). Si los bebés viven unas horas, no hay modo de no registrarlos como nacidos vivos, ingresan en la estadística. Por eso Manzur ordenó que no se los auxiliara. De ese modo, “hay cientos de bebés, cuyo peso es inferior a los 500 gramos, que habiendo nacido vivos son registrados como ‘defunciones fetales’ o ‘egresos por abortos’, y por lo tanto no forman parte de la estadística” (Crítica, 29/6).
La denuncia partió de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), un organismo nacional, alarmado por un incremento del 39% de los abortos de fetos a término en la maternidad. La investigación sobre los “abortos” descubrió que eran bebés nacidos, que los trabajadores estaban bajo un régimen de terror y que las funcionarias que habían denunciado las directivas de Manzur habían sido una desplazada -la estadígrafa Angela Zóttoli- y la otra -la epidemióloga Evelyna Chapman- despedida (Crítica, 20/6).
Ese es el campeón que eligió el kirchnerismo para combatir la gripe A.
O.C


GRIPE A
Más que la gripe, mata el gobierno

La Argentina es el tercer país por número de víctimas de gripe A (42 hasta el martes 1º) y por el aumento de casos. Pero el Comité de Crisis -que ni siquiera se reunió en la semana de las elecciones- decidió esperar al nuevo ministro para ver qué hace. Autorizaron que cada provincia amplíe, a su criterio, el período de vacaciones. Llegan tarde: seis provincias ya lo hicieron, Buenos Aires decretó la emergencia, hay universidades evacuadas e infinidad de colegios cerrados. Según el infectólogo Eduardo López, el ausentismo escolar llega al 40%, y el laboral al 30%. Los especialistas coinciden en que el cierre de las actividades públicas en México, “al mundo le resultaron sorprendentes, pero lograron frenar la epidemia” (La Nación, 28/6). Habría que hacer lo mismo: limitar los viajes, montar cordones sanitarios, prohibir eventos masivos. La industria del espectáculo y el turismo se opuso. El comité decidió esperar.
“El comité está absolutamente desorientado, desbordado, no saben qué hacer”, opina Médicos Sin Bandera (26/6). Se equivocan: hasta las elecciones, mantuvo un cerrado ocultamiento, compartido por todo el arco patronal y sus candidatos, que jamás hablaron de la gripe en la campaña. Y todas sus “desorientaciones” van en la misma dirección: ahorrar recursos a costa de la vida de la población. Por ejemplo:
Reactivos e hisopados
El Comité suspendió los hisopados “excepto en casos de absoluta necesidad” para “no atiborrar los laboratorios”. El Malbrán demora diez días en dar el resultado. Pero, “a partir de la semana próxima, la provincia de Buenos Aires contará con tests que en sólo 15 minutos determinan si la persona es portadora de gripe A”. ¿Por qué el Malbrán no tiene el test de los 15 minutos? Porque lo condenaron a la asfixia presupuestaria, sin cubrir vacantes, con salarios infames... Que los médicos diagnostiquen como pueden. Una embarazada de la Maternidad Sardá, que consulta hace diez días, denuncia: “Si sigo así, me dijeron que me van a hacer las pruebas de gripe A” (La Nación, 27/6). Es un crimen, porque el diagnóstico inmediato es clave para bajar la tasa de mortalidad. En Estados Unidos murió menos gente que en México, justamente, porque tenían el diagnóstico en el día. Médicos Sin Banderas afirma que en el Malbrán “no hay reactivos específicos para la gripe A, el diagnóstico se hace por descarte” (Urgente 24, 8/5). Hay que confiscar todos los laboratorios privados y abrir nuevos laboratorios públicos, dotarlos de profesionales e insumos.
Colapso hospitalario
La gripe A “ya circula más que la gripe común”. El Ministerio indicó que se deben tomar “todos los casos de influenza como potenciales de gripe A” e internar “a todos los que padecen neumonía”. Cínicos: “¿Tiene la Argentina hospitales y camas suficientes como para tolerar una eventual marea humana?”, se pregunta La Nación. Responde: “No” (La Nación, 29/6).Los funcionarios niegan el colapso sanitario: el 24 de junio, antes del pico, “más de treinta niños esperaban ser derivados sin camas disponibles en la zona sur” (FesProSa). En Mar del Plata, los pacientes que deban ser aislados ¡irán a parar a los cuarteles! (Clarín, 25/7). Desde el 15 de junio, “las camas de las terapias intensivas y de neonatología de los hospitales porteños estaban colmadas al 100%”. En Capital y provincia se postergaron todas las cirugías programadas “para priorizar la atención de los pacientes que sufren Gripe A H1 N1 graves, neumonías y bronquiolitis” (Clarín, 23/5). El Hospital de Campo de Mayo y el Policlínico Posadas -30% de sus internados tienen gripe A- decretaron por su cuenta la emergencia. La Asociación de Profesionales de Posadas informa que “no hay agua caliente, faltan camas y médicos, y los que hay están agotados, duermen como mucho dos horas por noche debido a la gran demanda”. En el hospital Notti, de Mendoza, dos médicos de guardia atienden un promedio de 300 pacientes. Esa es la norma en todo el país: una debacle. “No puede ser que no haya presupuesto ante una pandemia”, dice Horacio López, infectólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Claro que hay que aumentar el presupuesto. Pero además hay que terminar con las clínicas cinco estrellas de menú a la carta mientras el pueblo se muere en las camillas porque no alcanzan los nebulizadores.
Según La Nación (29/6), “los muertos serían más de un centenar y el número de infectados, más de 10.000”. ¡Hay que suspender ya las clases y terminar con las muertes de alumnos y docentes! La oposición no dice ni pío porque la gripe A desnudó tres núcleos fundamentales del régimen social que todos defienden: que el país “carece de sistema sanitario”; que el gobierno “no tiene estrategia ni plan ni logística para enfrentar el flagelo”; que “muchísimos argentinos viven precariamente, casi desnutridos. El sistema inmunológico de ellos es muy escaso” (La Nación, 29/6). Más claro: los chicos del partido de polo, a los 20 días volvieron a jugar al polo. Pero a los enfermos de las barriadas, la gripe “les incendia los pulmones”, incluso si no tienen patologías previas. “Estamos viendo la internación de pacientes jóvenes, con neumonías, algunas que evolucionan hacia una gravedad inusitada, en la que el pulmón se ‘incendia’ en cuestión de horas”, dijo Jorge San Juan, jefe de Terapia del Hospital Muñiz (La Nación, 27/6).
“El gobierno de la Capital no tiene facultades legales para usar en una emergencia las instalaciones de clínicas y sanatorios privados”, advierte por si las moscas el inefable Joaquín Morales Solá. No es nuevo que para La Nación la propiedad está antes que la vida. Pero el pueblo debe imponer que todas las camas privadas se incorporen a la nómina oficial, se refuercen las dotaciones de personal e insumos en el sistema público, y se aumente el sueldo de los trabajadores, que se están jugando la vida. El aumento del presupuesto sanitario debe incluir las reivindicaciones de los trabajadores. Los privatizadores de la salud pública no pueden administrar los recursos. Deben estar bajo control de las asambleas de pacientes, vecinos y trabajadores de la salud y la educación. Es el único programa que salvará vidas.
Olga Cristóbal y Clementina Robles

(Notas publicadas en las ediciones 1089 y 1090 del semanario Prensa Obrera)

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