Fernando Lugo
Fernando Lugo, presidente de Paraguay y ex obispo de la Iglesia Católica, es padre de un niño de dos años, nacido de la joven Viviana Carrillo. Lugo abusó de ella desde 1999, cuando era una adolescente de 16 años, "empleada en una casa de familia" de unos amigos del entonces obispo de San Pedro, uno de los distritos más pobres del país. El obispo la sedujo y le prometió que dejaría los hábitos, y efectivamente los dejó en 2006 -cuando Carrillo ya estaba embarazada-, pero para postularse a la presidencia. El hecho trascendió la semana pasada, cuando Carrillo, que ahora tiene 26, le exigió ante la Justicia que reconozca a su hijo y que le pase una pensión por alimentos. En síntesis: Lugo sedujo a una niña de 16 años con el concurso de los patrones, que consintieron que el obispo durmiera con ella en la casa donde trabajaba. Es un caso rampante de derecho de pernada, paidofilia y abuso sexual de menores ejercido por una autoridad antes eclesiástica y ahora política. El relato de la joven delinea el perfil típico: "Fui seducida con bellas palabras cuando tenía apenas 16 años". Carrillo agregó que Lugo "es celoso y me prohíbe trabajar, lo cual hace mi vida más complicada porque últimamente tengo que mendigarle para asistir a mi hijo". Además, "en una discusión semanas atrás, dentro de un automóvil, Lugo la abofeteó" (Clarín, 14/4). O sea que el paidófilo es un padre abandónico y también un violento. El escándalo generó "un terremoto político" a un gobierno que asumió hace ocho meses en nombre "de la verdad y la transparencia" (Clarín, 9/4). Pero la oposición no lo ataca por abusador sino por "haber estafado" a la Iglesia Católica y a los votantes. "¿Quién le puede creer a un hombre que no sólo ha engañado a la Iglesia Católica, a los que votaron por él y, desde hace ocho meses, a todos los ciudadanos?", preguntó el diputado Ariel Oviedo, hijo de Lino Oviedo (Unace). El senador Julio César Velázquez, del Partido Colorado, pidió a la Iglesia que lo "excomulgue por haber cometido el delito de estupro teniendo responsabilidades episcopales" (La Capital, 14/4). ¿Y si no las hubiera tenido? La Asamblea Episcopal paraguaya hizo mutis por el foro, algún prelado se declaró dolorido por el engaño y el obispo Mario Medina directamente tuvo el descaro de felicitar al presidente "porque es valiente y reconoce lo que hizo" (ídem). Lugo reconoció su paternidad pero se dice víctima de una conspiración. Un comunicado del gobierno sostiene que "es evidente que este caso está inscripto dentro de una campaña de hostigamiento político contra el presidente de la República, quien está liderando un proceso de cambio histórico". El "proceso de cambio histórico" de Lugo abreva en las más caras tradiciones de violencia y abuso contra las niñas y mujeres explotadas por la Iglesia Católica y la oligarquía paraguaya. Olga Cristóbal
Torneo de cínicos
Las mujeres de más de siete hijos pueden cobrar una pensión del Estado nacional de 747 miserables pesos mensuales, lo que da un poco más de 100 por hijo. Dicho de otra manera: un litro de leche diario por chico y dos botellas de aceite a compartir al mes. El subsidio fue establecido hace 20 años por una ley nacional pero el gobierno implementa todo tipo de triquiñuelas para no pagarlo. Hay 9.998 mujeres en lista de espera. Las beneficiarias deben "acreditar que no gozan de jubilación o pensión, que no tienen bienes, ingresos o recursos de subsistencia". O sea que los 747 sean sus únicos ingresos. El tema fue objeto de una nota del diario Clarín, que dedicó dos páginas a difamar y burlarse de las mujeres que entrevistaron en las afueras de La Paz (Entre Ríos). Todos los testimonios reflejan una enorme miseria y las trabas que tuvieron que sortear para cobrar el subsidio. "Con la pensión, parece mentira, me pude comprar a crédito, una televisión usada, una cama y un colchón", dice Norma. "Hay cuatro camas, pero somos 12 y tengo un nene discapacitado y otro con bajo peso, así que esta ayuda para mí es imprescindible", dice Bety, que tuvo que hacer dos veces los papeles antes de cobrar. "Hace 12 años me lo negaron, pero ahora me lo dieron. Mis hijos hacen ladrillos y algunos pescan. Es el principal ingreso de nuestra casa.", dice Victoria. "Ojalá que nunca me saquen esto, lo necesito", dice Irma. Eva no tuvo esa suerte: hace siete años le rechazaron el pedido y el año pasado no pudieron tramitarlo "porque se había caído el sistema". Ahora está probando de nuevo. Tiene tres hijos que trabajan en el sur; los otros pescan y cazan mulitas. "Hace poco, tuvieron que vender la única vaca lechera que les quedaba". Pero la conclusión de Clarín es otra: intenta probar que las mujeres se dedican a parir para forrarse a expensas del Estado al punto que titula con toda perfidia: "La fábrica de hijos: Conciben en serie y obtienen una mejor pensión del Estado" (Clarín, 5-4). El diario se alarma porque "desde 2003 se cuadruplicó el padrón de madres con siete hijos" y ya cobran 215.246 mujeres. Omite decir que tal vez ante tenían un empleo que les impedía gestionar la pensión. Pero la nota avanza: el subsidio, apunta, insume un presupuesto anual de 173 millones de pesos, "algo así como la recaudación completa de 40 partidos de la Selección de Maradona en el Monumental". Imposible no recordar que la accionista mayoritaria de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, seguramente no cobró subsidios por los dos hijos de desaparecidos que aún tiene apropiados, pero que la dictadura de Videla le regaló Papel Prensa y el gobierno de Duhalde le licuó una deuda de unos 2.500 millones de dólares. En este campeonato de cínicos se apuntaron un poroto las legisladoras kirchneristas Diana Conti, Teresa García y Juliana Di Tullio, que le escribieron a Herrera de Noble "para que en su condición de mujer" evite que "se reproduzcan notas discriminatorias contra la mujer". Como la señora no les contestó, denunciaron a Clarín ante la justicia por ejercer "violencia mediática" contra las entrevistadas (Crítica, 13/4). Tanta sensibilidad de género, por supuesto, no tiene nada que ver con los derechos de las mujeres y debe entenderse exclusivamente como una escaramuza más del enfrentamiento entre el gobierno y Clarín. Porque las K se cuidan muy bien de denunciar lo más grave que revela la nota: que 215.246 mujeres y sus hijos sobreviven con 747 pesos al mes. Y que otras diez mil ni siquiera cuentan con eso. Un nuevo ejemplo de que la "cuestión de género" no siempre implica defensa de los intereses de las explotadas. Por el contrario, en este caso, como en tanto otros, se las utiliza para dirimir conflictos entre sectores patronales que no tienen ninguna divergencia respecto de la opresión real de las mujeres.
Olga Cristóbal
Notas publicadas en Prensa Obrera 1079
1 comentario:
me averguenzo de este tipo como puede ser q la gente q esta alli no le hecha yo hace 9 años estoy lejos pero no se dejen hagan valer sus derecho creo q voy a bomitar este tipo es un baboso asqueso q le den por el culo hijo mal parido de mierda
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